sábado, 31 de mayo de 2014

Acude a Urgencias por un dolor que empezó hace treinta años.


Buenas tardes, doctora. ¡Cómo tiene hoy la sala! Dos horas de retraso. ¡Qué barbaridad! Menos mal que yo no vengo nunca, y las pocas veces que consulto es por cosas importantes.  Si todos fueran como yo, no habría listas de espera.
 
 
Foto tomada de www.laopinioncoruna.es
 
 
Pues nada, que como le vengo contando cada viernes desde hace dos meses: La rodilla, que no mejora. Y lo peor de todo es que ya me está empezando a doler la otra. Los papelitos que me dio no me han servido de nada. Como si tomara azucarillos. Bueno, la verdad es que los compré y los guardé en el cajón de la mesita de noche. Ya sabe usted que no soy muy amiga de tomar medicinas. Camuflan el dolor, pero no lo curan.
 
Yo quiero tener calidad de vida, y un cuerpo como el de las famosas. Y eso no se consigue con pastillas. ¿Pero qué clase de médico es usted?, ¿Es que no ve "Las mañanas de la 1"? El doctor que sale dice que hoy en día no es admisible vivir con dolor. Sí, ya sé que me sobran dos o tres kilitos, pero es que no sé cómo hacerlo. Va a ser que retengo líquidos, porque no como casi nada. No me mande de nuevo al endocrino. Cada vez que voy, me mata de hambre y engordo cinco kilos. Recéteme un joven de veinticinco años y se me quitan todos los males.
 
Mándeme un análisis, pero que sea completito, por favor. Algo tengo que tener. Con veinte años no me cansaba nada. Iba desde mi casa a la Puerta del Sol, volvía, y volvía a ir, y acababa fresca como una lechuga. Ahora doy la vuelta a la manzana y ya tengo las piernas “entumidas”. Por cierto, he visto en la sala de espera a la Encarnita, mi vecina del primero. Qué mal color tiene. Se le ha echado la edad encima. ¿Tiene algo malo, verdad? No, no me lo diga, que ya sé que es secreto profesional, pero... ¿Qué le quedan?, dos meses de vida, como mucho, ¿Verdad? Pobre mujer: El marido, un golfo y un vago, y los hijos, una desgracia.  La niña se ha metido a puta, la única profesión con futuro en estos momentos. Según su madre, de lo suyo no encontraba nada. Y el niño aún peor: Se ha hecho político,  y de centro reformista. ¡Un escándalo!
 
¿Me toca este año resonancia de la columna? Mírelo en el ordenador, guapa, no vaya a ser que se nos pase, y se me junte con la densitometría, que esa sí me toca seguro. Ya sabe que yo de Mayo a Septiembre me voy al pueblo, y en esos meses no puedo tener citas. Póngamelo preferente, que dentro de nada nos metemos en Semana Santa y el país se paraliza. ¡Qué horror, con lo poco que me gusta a mí ir al médico!  Pero yo me digo: “No te queda más remedio, Paca. Estás en una edad muy difícil”. Me he pasado la vida cuidando de los demás, y ha llegado el momento de pensar un poquito en mi.
 
La he entretenido un poco, pero es que para una vez que vengo, tengo que hacer gasto. Bueno, ¿Y qué tal sus niños? Me dijo la semana pasada que tenía dos o … cinco, ¿Verdad? Por cierto, no es por cotillear. Dicen en la sala de espera que se ha estropeado usted mucho de Navidades para acá. Yo la he defendido, y les he dicho que qué se han creído, que usted ya no es ninguna niña. Aunque viéndola ahora, la verdad es que tienen razón. Está usted más gorda. Eso, o que se ha vuelto a preñar. ¡Ay madre mía!, que quien calla otorga, y para el verano está usted otra vez de baja maternal.
 
 
Foto tomada de www.bekia.es
 
 
Hable usted con sus jefes, y que le pongan de suplente al chico polaco del año pasado, aquel que parecía el hermano pequeño de Darek. De Medicina no tenía ni idea, y apenas hablaba español, pero cómo estaba la criatura. Estaba para darle como a las chuletas, vuelta y vuelta.
 
Bueno, que me está usted sacando temas y yo me tengo que ir. Si quiere otro día vengo con tiempo y hablamos un poquito, pero es que a las cinco he quedado para una demostración de la Thermomix, y luego a las siete tengo un tuppersex. Así que céntrate, doctora Conchi. Supongo que no te importa que te tutee. Aunque me veas así de joven, podría ser tu madre.
 
Mira Conchi: Vengo por un dolor malísimo que empezó el día de la final del Mundial de España, en el verano de 1982. Me he citado de Urgencias, porque me he dicho: ¡Paca, de hoy no pasa! Te he traído esta maleta de viaje con las pruebas que tenía por casa, por si te dan alguna pista. Pero te cuento. Es un dolor que empieza en el cuello, me baja al hombro derecho y luego da tres vueltas y media por el pecho. Sigue tripa abajo, y al llegar al ombligo hace un escorzo y llega al bajo vientre. Y ahí se queda, como si me estuvieran clavando un cuchillo japonés de mango de plástico negro y hoja de acero inoxidable del número 6 de la Teletienda de Antena 3.
 
Sólo aparece cuando hago el pino puente al aire libre, los jueves santos de los años en que la Semana Santa cae en Abril, si el día está seminublado con una probabilidad de lluvia del 45%, una humedad ambiente del 60%, y previsión de viento de 25 Km/hora. ¿Es un tumor, verdad? No me mientas, Conchi, que te lo estoy viendo en la cara. Si es algo malo dímelo porque necesito tiempo para organizarme. No vaya a ser que me dé un chungo en plena calle, y me vaya al otro barrio sin despedirme de mi gente.
 
 
 
 
“Mire, doña Paca: Aunque llevo bata no soy doctora. Y sí, ya sé que tengo la sala de espera llena de clientes, pero esto no es un centro de salud. Siéntese y cállese para siempre, o haga el favor de salir de mi peluquería inmediatamente”. VanityFreakNews.

domingo, 25 de mayo de 2014

Un policía fallece haciendo el acto en el servicio.


Ese cuerpo que yace sin vida en los servicios de un motel de carretera, pertenece a un destacado miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y su miembro aún enhiesto, también. Mañana, todos los medios de comunicación dedicarán un lugar destacado a esta noticia. Los telediarios no abrirán con las décimas de fiebre de Cristiano Ronaldo, o con el grano en el culo de Messi. Ese cadáver tendrá su minuto de gloria televisiva aunque sea a título póstumo: "Un heroico policía fallece en acto de servicio" anunciará el presentador de turno, de sempiterno aspecto atildado y voz engolada.
 
 
Foto tomada de www.traveller.es
 
 
Esta información no le importará demasiado a nadie. De hecho, yo tampoco le prestaría atención si no fuera porque ese fiambre me resulta bastante familiar. Su careto es el que he visto al mirarme al espejo durante los últimos cincuenta años. No, no me he suicidado. No tenía motivos para ello. La autopsia demostrará que tampoco ha sido una muerte violenta. Parada cardiorrespiratoria, sentenciará el certificado de defunción, lo cual es como no decir nada. Todos nos vamos al otro barrio precisamente porque nuestra patata se para. Así es el lenguaje que empleamos los médicos, ambiguo y barroco, como la propia naturaleza humana con la que trabajamos a diario.
 
Nadie podría decir que la vida de Moncho Chete fue dura. Estudié Medicina en una época en la que en la facultad sólo había hombres. Me especialicé en Ginecología ingenuamente, para ver si así ligaba algo. Supongo que con ese nombre y ese apellido estaba predestinado a ser ginecólogo. Después de muchos años de carrera profesional, el universo femenino dejó de interesarme. Mis amigos pensaban que había enloquecido: “Tienes el mejor trabajo del mundo, Moncho. Te pasas el día entre mujeres y encima te pagan por ello”. La Ginecología esta mitificada. Se está siempre en el mejor sitio, pero suele ser en el peor momento. Además, la materia prima no es como la imaginan los amigotes. Rara vez viene a tu consulta una charlizetheron, y cuando eso ocurre, lo que ves y lo que te cuenta desciende tu hipotética libido a profundidades abisales.
 
Un día, saliente de guardia, me fui de copas con mi amigo Marco Rupto, un ingeniero que abandonó su profesión y pasó de no votar nunca a vivir de la política holgadamente.  Le confesé mi hastío vital: “No puedo más, Marco. Voy a dejar la Medicina”. “No hay problema, Moncho. Tú te afilias al partido y te nombramos Director General de la Policía”. “¿Policía? Pero si las únicas pistolas que he visto en mi vida son las de pan, y lo más cerca que he estado de una pistolera es cuando exploro a mis pacientes”. “Vamos a ver,  Moncho. Después de veinte como ginecólogo, tu conocimiento de los bajos fondos es insuperable. Tienes el perfil perfecto para el puesto. Además, lo único que tienes que hacer es cumplir las órdenes que te vengan desde arriba”.
 
 
Foto tomada de www.cinepremiere.com.mx
 
 
Acepté, claro que acepté. Así somos los humanos: Totalmente incorruptibles hasta que aparece la ocasión de corrompernos. Después de tanto tiempo en colegios religiosos y de haber sido educado en el seno de una familia burguesa de provincias, he acabado como David Carradine: No siendo el protagonista de la mejor película de Quentin Tarantino, sino seco como una mojama, con los calzoncillos bajados y la cabeza cubierta por una bolsa de plástico. Efectivamente, he fallecido haciendo el acto en el servicio. El maestro Woody Allen dijo una vez que: “Masturbarse es hacer el amor con la persona que más quieres”. Probablemente no le faltara algo de razón al genio neoyorquino. Aunque uno nunca se quiere lo suficiente.
 
Hay quien decide vivir deprisa, morir joven y dejar un cadáver bonito. Otros pensamos que correr es de cobardes, y que es mejor morir viejo y hecho unos zorros, como Sara Montiel. La vida merece la pena degustarla en pequeños sorbos, aunque hay veces que se te atraganta. Lo mío fue un accidente, asfixia autoerótica, la llaman los técnicos. Vamos, que me la estaba pelando con la cabeza metida en una bolsa de plástico, para prolongar el orgasmo, y se me fue la mano (nunca mejor dicho). El juego sexual acabó de forma imprevista. Dicen que la muerte nos hace a todos iguales y que al final, ricos y pobres acabamos en el mismo sitio. No estoy tan seguro, pero de todos modos, nadie ha vuelto para contarlo.
 
Lo que está claro es que David Carradine y yo no recibiremos un trato postmorten similar. Ningún país podría reconocer que uno de sus más  altos cargos públicos ha muerto en mis circunstancias. Dirán que era un hijo dilectísimo, y un vecino ejemplar que cedía el paso a las ancianas todas las mañanas en el portal. Dirán que la cocaína no era mía, que me había desplazado a aquel hostal para participar en una peligrosa misión, y que antes de ser vilmente ejecutado acabé con la vida de los 88 maníacos, como hacía Uma Thurman en Kill Bill. Me condecorarán con la Medalla al Mérito Civil, y las más altas personalidades del estado acudirán al tanatorio para cumplimentar a mis deudos.
 
 
Foto tomada de www.taringa.net
 
 
Mientras tanto, David Carradine nunca descansará en paz. Seguirán circulando por internet fotos de su supuesto cadáver (probad a googlear David Carradine fotos prohibidas) y teorías a cual más morbosa sobre su triste final. Es el precio de la fama. Hay una corriente popular por la cual todas las famosas son drogadictas y putas, y todos los famosos drogadictos y julandrones. Sobre ellos circulan innumerables leyendas urbanas, muchas de ellas tan creíbles como los Reyes Magos.
 
En Madrid, capital de España, y del bulo infundado, todo el mundo tiene un amigo que tiene un amigo que trabaja en las Urgencias de un hospital público, y sabe de buena tinta que Alejandro Sanz acudió en una ocasión con el ano desgarrado, y no precisamente tras hacer deposición. La misma fuente de información dice que Miguel Bosé cambia su sangre llena de virus por plasma sano, con la misma facilidad que muda sus calzoncillos (como si lo primero sirviera para algo cuando alguien está infectado). También defiende con vehemencia que Anne Igartiburu, una de las mujeres más bellas de España, tiene genotipo masculino. Y que Letizia tenía las trompas ligadas antes de convertirse en Doña Letizia. Y que el año pasado, durante un viaje a los fiordos noruegos, se encontró en su hotel con una pareja de tortolitos llamados Felipe de Borbón y Eva Sannum.
 
Podríamos seguir poniendo ejemplos hasta el día del juicio final por la tarde. Difamar sale muy barato. Y una mentira muchas veces repetida acaba por asumirse como verdad. De Richard Gere me interesa más bien poco su carrera, sólo un poquito más su activismo en favor del Tíbet, y absolutamente nada si se mete o no ratones vivos por el recto. No sé qué relevancia puede tener a estas alturas de la vida conocer si Ricky Martin y Pablo Alborán son pareja. ¡Olé sus talentosos huevos y que sean muy felices juntos!
 
La vida es muy breve, y la perdemos analizando las de contemporáneos nuestros que ni siquiera conocemos. Amén de no reparar en el daño emocional que podemos infligir a esas personas y a sus seres queridos. Observad por última vez mi cadáver en los servicios de ese hostal de carretera. Sentid por mí pena, asco, o simplemente nada, pero ahora que conocéis la historia de primera mano, no perdáis el tiempo. Vivid y dejad vivir, que esto son dos días, y ya ha pasado día y medio. VanityFreakNews.
 
 
Foto tomada de www.en.wikiquote.org
 
 
“Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cuál es su motivo: “Soy un judío”. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?” (El mercader de Venecia. William Shakespeare)
 

sábado, 17 de mayo de 2014

Messi está triste: ¿Qué tendrá Messi?


Quien esto escribe es español y después madrileño, merengue y también colchonero, rayista y por supuesto pepinero. Anticulé confeso y declarado, y sin embargo, admirador del buen fútbol venga de donde venga.

El miércoles Santo del año 2014, el equipo de los “españolitos”, ganó al Barça “la Copa de vuestro Rey”, como diría el Shakiro. Digan lo que digan los periodistas, el partido fue horroroso, como suelen serlo casi todas las finales. Mereció ganar el Barça, pero no lo hizo. El Madrid sigue sin ser un equipo, continúa sin tener una idea de juego, ya esté Mourinho, Ancelotti, o Kiko Rivera en el banquillo. Gana a golpe de individualidades, hoy Bale, ayer Cristiano, y anteayer Zidane.
 
 
 

Hay que vender periódicos deportivos, y hay que llenar tertulias radiofónicas y televisivas, así que los gurús del tema, decidieron tras la derrota copera que el Barça es un enfermo en fase terminal y que lo mejor para todos es sedarlo. El diario Sport, uno de los evangelios apócrifos del periobarcelonismo, titulaba: “Este ciclo se ha acabado: ¡Qué empiece otro!”. Así de fácil y así de pueril. Como si la madre naturaleza alumbrara cada década una generación prodigiosa de canteranos con un Puyol, un Xavi, un Iniesta, un Piqué, un Cesc, un Busquets, un Víctor Valdés, un Pedro, y un Jordi Alba. Como si fuera tan sencillo que a ese grupo de futbolistas excepcionales se uniera un niño argentino que pasados los años, se convirtiera en el mejor jugador de fútbol del mundo. Como si fuera corriente que un joven exjugador emblemático del club, despuntara como entrenador en el filial, y un presidente visionario le diera las riendas del primer equipo, sin apenas experiencia.

Ahora que estamos a vueltas con el cansino tema de las aspiraciones independentistas de Cataluña, el otro día quedó reflejado que como no podía ser de otra manera, el Barça es un club español, y sus seguidores se comportan como españoles de pura cepa. A su llegada al Camp Nou, después de perder la Copa, los jugadores fueron recibidos a la española, es decir, con gritos de: “Sois unos mercenarios”, “No dais la cara”, y “No sudáis la camiseta”. En Barcelona sólo faltó una frase, clásica en la capital cuando el que palma es el Real Madrid: “Menos Ferraris y más cojones”.
 
 
Foto tomada de www.youtube.com
 

 

Así de energúmenos somos los españoles de Madrid y los del resto de España. Encumbramos a alguien para después darnos el gustazo de tirarlo desde lo más alto. Somos mezquinos, oportunistas, y ventajistas. Esa generación lo ha ganado todo varias veces, y lo ha hecho con un juego de alta escuela. Ha maravillado al planeta fútbol, y merece por derecho propio un lugar de privilegio en la historia. El tiempo, ese juez inexorable que quita y da razones, pondrá a cada uno en su sitio.

 

De todos los gritos proferidos por esa panda de paletos indocumentados, los más lacerantes son los de “Messi, cabrón”. Qué frágil es la memoria. La etapa triunfal del Barcelona de Guardiola no puede entenderse sin Leonel Messi. Cuántos partidos ha resuelto por sí sólo el astro rosarino. Cuántos records ha batido, estando todavía en el ecuador de su carrera deportiva. Messi está al nivel de los cuatro grandes: Di Stefano, Pelé, Cruyff, y Maradona, y la historia así se lo reconocerá.

Si navegais por Internet, encontrareis miles de referencias y enlaces a páginas sobre el gran Messi. Muchas de ellas son una muestra palmaria de la miseria humana. Algunos sesudos internautas han dedicado su tiempo libre a teorizar acerca de la supuesta discapacidad del futbolista. Ya que no disponen del cariotipo de la estrella para justificar su hipótesis, comparan el fenotipo de Leo con el de los portadores de una trisomía en el brazo corto del cromosoma 21. Se refieren a él como Lelo Messi, tarado, monger, y demás lindezas.
 
 
Foto tomada de www.lainformacion.com
 

Messi es bajito, regordete y feo de cojones. Hasta ahí todos de acuerdo. Que no era el más listo de su clase tampoco creemos que lo dude nadie. Que es la deshonra del pueblo argentino, porque nunca hubo un pibe más parco en palabras e ideas, también es indiscutible. Además, sus  amigos Dolce&Gabbana tampoco ayudan. Cada vez que Messi acude a un acto público, lo disfrazan de protagonista de “Dos tontos muy tontos”.

Pero de ahí a que sea monger hay mucha distancia. Y en el caso de que lo fuera (que no lo es), eso no haría más que aumentar su leyenda. En definitiva, hay mucho descerebrado que busca el mal por el mal, movido por la envidia más insana que uno pueda imaginar. Los que vierten esos infundios son los mismos que llaman Sergio Gramos al defensa internacional del Real Madrid, en alusión a sus supuestas adicciones. Y son también los que dedican a Cristiano Ronaldo el cariñoso apelativo de putero, cuando pasa por ser un superprofesional.
 
 
Foto tomada de www.taringa.net
 

Lo que no admite discusión es que Messi no es el que era. Ha perdido su punta de velocidad, no busca su regate en carrera marca de la casa, no participa en el juego, y vaga por el campo cabizbajo como si aquello no fuera con él.

Cuando un deportista de élite entra en esa espiral, la afición siempre lo acusa de haberse entregado a la molicie, convirtiéndose en un frecuentador de la noche y de sus placeres. Viendo a las novias de los futbolistas de ahora, queda claro que los astros del balón no conocen a sus compañeras en las Jornadas de la Juventud Misionera. Y eso que todas parecen recatadas, es decir, tienen toda la pinta de haber sido catadas varias veces, y de tener más horas de vuelo que un avión comercial de las líneas aéreas albanesas. No parece el caso, dado que Leo ha sentado la cabeza, ha sido papá y volverá a serlo próximamente.

Esta tarde se decide en el Camp Nou la Liga más reñida de los últimos años. Al Atlético le vale el empate para ser campeón, pero el Barça necesita la victoria, y esta pasa por Messi. ¿Qué Messi veremos? ¿El de siempre, o el que lleva meses sesteando, reservándose para Brasil, el que debe ser su Mundial?
 
 
Foto tomada de www.huffingtonpost.com
 

Hace dos mil años, Jesús Nazareno fue crucificado ante la pasividad de un pueblo que poco antes lo aclamó rey al entrar en Jerusalén. Todo parece indicar que el presidente Bartomeu, cual Poncio Pilatos, se lavará las manos. Hará lo que le pida un rebaño de anencáfalos hábilmente pastoreados en función de las circunstancias. Si el ungido da la Liga al Barça, se hará efectiva su enésima revisión de contrato, y se quedará en Can Barça. Pero si juega el avatar del rey de Reyes, y la Liga vuela del Camp Nou, con ella se irá el gran Leonel. Pase lo que pase, Messi está triste: ¿Qué tendrá Messi? VanityFreakNews.

Nota del autor: Que esta tarde gane el mejor, o el peor, siempre y cuando el vencedor sea el Glorioso Atlético de Madrid. ¡Aúpa Atleti! y ¡Hala Madrid!

sábado, 10 de mayo de 2014

Un friki representará a España en Eurovisión.


La memoria colectiva de nuestra querida España estaría incompleta sin el Festival de Eurovisión. Cualquiera de nosotros tiene recuerdos vitales ligados a este fenómeno de masas: paradigma del cutrerío y expresión máxima del kitsch más rancio. No, no me gusta Eurovisión,  y sin embargo, siempre acabo viéndolo. Es una contradicción difícil de explicar. Quizá sea porque soy un pedazo de friki, o porque como buen español, soy más de Hola que de Nature, y más de Sálvame que de los Documentales de la 2. O a lo mejor es porque conservo algo de aquella actitud pueril que me hacía vivir  Eurovisión como una competición deportiva, celebrando cada voto recibido como si fuera un gol de La Roja.   
 
Mi infancia y mi adolescencia están ligadas a este maldito festival. Cómo olvidar aquel año en que me levanté de la cama con 39 grados de fiebre para apoyar el poco prodigioso "Made in Spain" de la Década. Cómo no recordar las lágrimas de emoción tras ver interpretar a la gran Nina "Nacida para amar", un baladón que mereció ganar por goleada.
 
 
 
 
Y es que entonces, como ahora, Eurovisión está amañado. Básicamente, los países amigos se votan entre sí, repartiéndose los puntos de tal manera que siempre suele ganar uno de ellos. El maestro Jose Luis Uribarri, eterna voz en off del festival, era capaz de acertar con precisión matemática que país iba a votar a otro, y casi hasta el número exacto de puntos. Y no es porque Uribarri fuera un genio (que lo era), sino porque todo el pescado estaba vendido.
 
Las retransmisiones de este pionero de la televisión eran impagables. Aportaba una catarata de datos biográficos de artistas a cual más desconocido, por lo que nadie podía llevarle la contraria: "Llega el turno de Polonia, representada por la exuberante Toquisque Lasoba, una gran estrella en su país de origen, donde es muy popular por haber sido el único mamífero que le ha dado calabazas a Fran Rivera, matador dentro y fuera de la plaza”.
 
El festival es una gran farsa,  un show televisivo donde un año gana Lituania, otro Letonia, al siguiente Estonia, y vuelta a empezar. Uno se pregunta: ¿Por qué seguir concursando?, ¿Por qué seguir mandando todos los años a un pringadillo/a para hacer el ridículo donde Cristo dio las tres voces?,  ¿Merece la pena gastar un pastizal para que nos humillen un año sí y otro también? Vaya quien vaya, y hagamos lo que hagamos, siempre, volvemos con los mismos puntos: Los que nos dan nuestros vecinos portugueses, los tradicionales uno o ninguno de Italia, y los de los cabrones de los gabachos. Los franceses casi siempre nos votan: Casi en 1980, casi en 1981, casi en 1982, y así hasta nuestros días. 
 
 
Foto tomada de www.es.wikipedia.org
 
 
Por todo ello, yo celebré que enviáramos al Chikilicuatre. Fue un zas en la boca de los organizadores, quedamos más o menos como siempre, y encima nos echamos unas risas. ¿Qué más se puede pedir? Abogo porque de una vez por todas dejemos de presentar temas de saldo compuestos por autores víctimas de la LOGSE, cantados en español con estribillo en inglés. Solicito formalmente que no enviemos al cadalso artístico a esos esforzados intérpretes que sueñan con una gloria que nunca conseguirán ni aun ganando Eurovisión. ¿Alguien se acuerda de un ganador del festival que luego haya tenido una carrera artística duradera?
 
Mención aparte merece Rosa López, esa chica que canta con dicción de Valladolid, y sin embargo, habla  evocando a la forma primigenia de lenguaje oral que debían tener los pobladores de Atapuerca menos dotados intelectualmente. Como ganadora de la primera edición de Operación Triunfo, a Rosa de España le pasaron la patata caliente de representarnos en Eurovisión. La criatura tenía y tiene una voz prodigiosa, pero el escenario le daba más pánico que a un gitano un contrato indefinido. Operación Triunfo había batido todos los record de audiencia, y sus participantes se convirtieron en estrellas mediáticas de la noche a la mañana. La expectación era brutal,  y en el ambiente se respiraba que por fin íbamos a ganar Eurovisión. TVE se acojonó pensando que la paletaza de Rosa podía dar la espantada, o quedarse en blanco en el escenario. Quitó el cuerpo de baile habitual, ese que forman dos o tres guarrillas mal operadas, o unos cuantos musculitos con más pluma que un pavo real. Y lo sustituyó por Bisbal, Bustamante, Chenoa, Gisela y Geno, un póker de ases para la pusilánime e ingenua Rosa.
 
 
Foto tomada de www.sufridoresencasa.com
 
 
 España entera se volcó. Los ayuntamientos pusieron pantallas gigantes en plazas y polideportivos como si de la final de la Copa del Mundo se tratara. Las niñas nacidas esa noche se llamaron Rosa, y los niños también. "Europe living a celebration" era la mierda habitual de canción eurovisiva, pero fue muy bien defendida, y olía a victoria. No fue así. Ganó otro residuo orgánico de tema (retamos al lector a recordar cual fue), y Spain acabó living a funeral.
 
Yo propongo no volver a concursar en el festival, o en su defecto, que nos represente un friki cada año: Un tarado como Leonardo Dantés con su célebre "Tiene nombres mil el miembro viril". Un desecho social llamado Luixi Toledo, que va por la vida diciendo que es marciano y que es el autor de los grandes éxitos de Michael Jackson. Un icono sexual como Jesús Vázquez con su parahit "Y yo te besé". ¿Y por qué no Jesulín de Ubrique?, ese crooner mojabragas que rompió las listas de éxitos con "Toa, toa, toa". O el jeta profesional Kiko Rivera con su versión dance de "Una vieja y un viejo van p'Albacete". Y así, edición tras edición del festival hasta que nos echen.
 
 
 
 
Yo os voy a dejar por hoy. En menos de una hora empieza “Destino Eurovisión”, o lo que es lo mismo, la previa del festival. Asistiremos al lamentable espectáculo habitual: Una animada tertulia donde algunos de los más insignes intelectuales patrios, acompañados del eurofan gay de turno, disertarán sobre las enormes expectativas que ha generado nuestra representante. Dirán que es una de las favoritas en las redes sociales, que el traje que lucirá es el secreto mejor guardado, y que esta mañana han hablado con ella y les ha dicho que está nerviosa, pero feliz de representar a España. Luego pondrán el video de siempre con Salomé, Mocedades y Massiel, y conectarán con Las Torres de Cotillas, el pueblo murciano donde nació la estrella. Allí hablarán en directo con la tía Justina, portavoz de la familia. Doña Justina contará a la entregada audiencia que su sobrina era muy buena estudiante pero tenía el gusanillo del cante  desde chiquitita. Al parecer, ya con cuatro años entonaba el "Cucurrucú, paloma brava" por calles y plazas.
 
Ruth Lorenzo: Aún estás a tiempo. Finge una hipertricosis gingival lanuginosa aguda, y no salgas a ese escenario. Si actúas, te van  a votar menos que al Partido Popular en las europeas. Si no lo haces, abrirás los telediarios de mañana, y tendrás tu minuto de gloria. Huye ahora que puedes, Ruth o serás carne de psicólogo el resto de  tus días.
 
Amigos, resignémonos. No volveremos a ganar nunca más Eurovisión, ni mandando a Plácido Domingo. VanityFreakNews.