sábado, 26 de octubre de 2013

Una actriz saldrá vestida en una película española.

En ocasiones, la presión a la que puede ser sometida una persona, hace que se tambaleen los cimientos que soportan su vida. El resultado final es la claudicación total y absoluta, sin margen para el arrepentimiento o la vuelta atrás. Es lo que le ha ocurrido a la excepcional actriz española Rebeca Nalillo. 
 
Es el mito erótico de una generación de españoles. Los nacidos en los albores del felipismo, han crecido al ritmo de sus películas, maldiciendo a su eterno compañero cinematográfico, el justamente olvidado Jorge Panadero. Haciendo honor a su apellido, Jorge siempre acababa con las manos en el pan de su partenaire, primero amasando la harina, y después comiéndose unos bocadillos de barra y media.
 
 Las tramas argumentales de nuestro cine tienen una querencia innata por mostrar carnaza, la de Rebeca Nalillo, y la de cualquier otra. Si el largometraje es de ciencia ficción, y transcurre en un lejano planeta de otra constelación, el astuto guionista se inventará que por culpa del calentamiento global, en esa galaxia hace un calor que te torras, y los aborígenes no tienen más remedio que ir como su Dios los trajo al mundo. Si la acción tiene lugar en la Edad Media, época en que la gente iba tapada hasta el cuello, resulta que el malo malísimo de la historia ha robado la ropa de los protagonistas en un descuido, y a éstos no les queda otra que enseñar cacha. Y ya que están, pues darle al tema, porque lo que han de comer los gusanos, que lo disfruten los cristianos. 
 
 
 
 
En esta coyuntura de la cinematografía patria, era imprescindible que Rebeca Nalillo, saliera a la palestra para dar explicaciones, aunque fuera a través de su representante: "La Nalillo está bastante nerviosa. Hay que tener presente que es la primera vez en que va a aparecer vestida en pantalla, y con parlamentos de más de dos frases seguidas. Al no haber precedentes en el cine español, desconocemos como va a reaccionar el público. Tanto el equipo técnico como el artístico la han arropado mucho durante el rodaje de esas difíciles escenas, y el resultado ha sido muy satisfactorio. Por primera vez, un filme español ha tenido que invertir dinero en vestuario, y eso ha encarecido mucho la producción. Somos conscientes del morbo que despierta la película, y de la alarma social que se ha generado. Por todo ello, esperamos que funcione estupendamente en taquilla.
 
De todos modos, seguiremos el protocolo habitual en estos casos. Esperaremos el dato del número de espectadores durante el primer fin de semana, y si el resultado no es el deseado, filtraremos a la prensa que tras una relación fugaz con su hámster ruso, Rebeca está viviendo un romance estable con su perro podenco. Además, publicaremos un reportaje fotográfico que le hicimos en el desierto de Almería. Aparece supersonriente, luciendo un look casual, con maquillaje nude y cuidadosamente despeinada, rodeada de chiquillos desnudos pintados de negro. Se trata de simular que es embajadora de UNICEF para la infancia y que las fotos están hechas en una zona deprimida de Senegal. Este trimestre, los medios de comunicación han elegido Senegal como “País pobre del continente africano, asolado por la hambruna tras un desastre natural”. En tres meses si te he visto no me acuerdo, porque aunque allí la gente siga muriendo en masa, habrá que cambiar de país pobre, para que la opinión pública no se sature, y la audiencia no decaiga.
 
 
 
 
En el texto que acompaña a las fotografías, Nalillo hablará de la catarsis interior que le ha producido conocer de cerca la miseria del continente negro, y anunciará en primicia que va a donar una cantidad importante de dinero, entre treinta y cincuenta euros, para fines sociales: “Quiero levantar una estatua en medio del desierto en homenaje al Actor Desconocido. Así, estos pobres niños  podrán conocerlo y tendrán acceso al mundo del cine”.
 
Asimismo, la actriz se meterá en camisas de once varas, y denunciará la crisis de valores (bursátiles) que vive Occidente, reconociendo que para ella es más importante el ser que el tener: “Mi entorno me dice que estoy un poco loca. A veces he llegado a pensar en vender el Porsche Carrera y mi mansión de La Moraleja, para irme a vivir a Parla y estar así más cerca de mi público. El problema es que allí las casas son muy pequeñas y no sé dónde iba a meter la piscina cubierta, la pista de paddle, y el resto de coches”.
 
 
 
 
Gracias a su sólida formación intelectual, no evitará abordar las cuestiones políticas más actuales, defendiendo el No a la Guerra de Vietnam: “Basta ya de que muera gente inocente en el sureste asiático, por culpa del genocida Bush y de su cómplice Aznar. Hay momentos en que siento vergüenza de ser española”. Y confesará sin rubor que no le atrae nada la Primavera Árabe: “Yo soy más de invierno, de tardes de sofá y mantita en compañía de una buena película”.
 
Como gran experta en la materia, la moda será un tema obligado. He aquí alguna de sus frases más destacadas: “Debo ser la única famosa que no se viste en Zara. Prefiero salir vestida ya de casa”, “No entiendo la polémica de las tallas: La que pruebe el 69 se olvida de la 38 para siempre”, “Me encantan los diseños de David Delfín. Otro intentaría disimular, pero él es un tío valiente. Cubre la cabeza de las/los modelos para que te fijes sólo en la ropa, como queriendo decir: Que sí, que sí, que esta mierda la he hecho yo”, “Mis favoritos son Victorio & Lucchino: Ellos sí que son los reyes del volante y no Sebastian Vettel. El otro día, en una minifalda les conté un millón setecientos ochenta mil noventa y nueve volantes. Una locura”.
 
 
 
 
Si esta entrevista no fuera efectiva como mecanismo promocional, pasaríamos al plan B. Consiste en coger a todos los famosillos de medio pelo que pueblan los realities televisivos, desde Gran Hermano a Gandía Shore pasando por los tronistas de Mujeres y hombres y viceversa, y meterlos en una gran nave de ganado estabulado. Mientras son alimentados con pienso, y copulan compulsivamente entre sí, se les amenaza formalmente con regalarles un libro, si no van a ver al cine a ver la película de la Nalillo. Es un método ética y moralmente reprobable, pero garantiza un taquillazo a coste cero, porque esta jarfia humana es capaz de tirarse por un barranco antes de abrir una obra literaria.
 
En cualquier caso, este debe ser el año de la consagración definitiva de Rebeca como estrella. Hemos comprado para ella un Goya a la Mejor Actriz Principal, y estamos negociando un Oscar. Lo que pasa es que no nos va a llegar el presupuesto, y a lo peor nos tenemos que conformar con la nominación. Da igual, porque aunque no gane, recuperaremos sobradamente la inversión. Rebeca saldrá en todos los medios nacionales y extranjeros durante los meses previos a la ceremonia de los Oscar. Es una campaña publicitaria brutal, que nos saldría mucho más cara si la hiciéramos por libre.
 
 
 
 
Y después, a la vuelta del verano, recibirá el doctorado honoris causa por la Universidad de Tragacete: "Doña Rebeca Nalillo Sudado es una de las artistas españolas más internacionales, con una trayectoria plagada de bodrios infumables. Esta universidad quiere reconocer la labor docente de la doctoranda, ya que durante carrera profesional, lo ha enseñado todo, varias veces, en cada una de sus películas". Además, la Sociedad Española de Dermatología, le otorgará su premio especial anual: “Como elemento constante de divulgación científica, al mostrar su piel de cabo a rabo en cada fotograma”.
 
Por otra parte, la AAOZ (Asociación de Adolescentes Onanistas Zurdos) ha manifestado su oposición frontal a que Rebeca no enseñe carne en este largometraje. A través de su portavoz Efrén Illo, amenazan con manifestarse a la puerta de los cines donde se proyecte la película, ondeando sus penes enhiestos para realizar una performance de bukkake, con una muñeca hinchable, que simularía ser su ídolo cinematográfico. Esto sería surrealista en otros países, pero nada descabellado en España. Como mecanismo promocional funcionaría de maravilla, porque abriríamos todos los telediarios del día, y saldríamos en las tertulias de la telebasura varias semanas seguidas.
 
 
 
 
Veremos qué pasa. Hemos hecho una apuesta arriesgada. A lo mejor de a aquí a unos años, todas las películas españolas son distintas, y resulta que hemos sido pioneros. Por si acaso, Rebeca ya se encuentra inmersa en la preparación de su próximo proyecto, una coproducción hispano-chipriota. Es un drama social, intimista y comprometido, que llevará el revelador título: “Chupa, chupa, que yo te aviso”. Son tiempos difíciles y hay que apostar sobre seguro”. VanityFreakNews.

sábado, 19 de octubre de 2013

La cefalea precoital, primera causa de absentismo sexual.


         Reme Duele y Eloy Tampoco son una pareja normal. Clase media,  media. Como todos los españolitos, están hasta las mismísimas pelotas de su familia política. Al suegro lo toleran, porque: “Bastante tiene el pobre con aguantar a su mujer”, y porque los hombres, en general, se van amansando con la edad. El suegro es discreto, calla en presencia de su señora, o como mucho asiente cuando ésta habla.
 
         La suegra es otra cosa. Siempre tiene la palabra inadecuada en el momento más inoportuno. Reme y Eloy intentan convencer todos los días a su correspondiente madre política, para que se haga cooperante en Marte, a ver si con un poco de suerte, la rapta un comando de aborígenes. Se librarían de ella al menos dos legislaturas completas, teniendo en cuenta la eficacia habitual de los gobiernos españoles para liberar a los compatriotas secuestrados.

         Asumen estar puteados por sus respectivos jefes, y tenérsela que envainar varias veces al minuto, pero están hartos de que en casa pase lo mismo. Es el precio que tienen que pagar, por la ayuda mensual que reciben por parte de ambos abuelos. Los sueldos han bajado tanto, que Reme y Eloy no llegan a fin de mes. Y eso a pesar de que el Gobierno Rajoy, siempre atento y sensible a las necesidades de la gente, legisló por Real Decreto que los meses tuvieran sólo quince días.

         Asfixiados por la hipoteca, han tenido que recurrir a métodos insospechados para mejorar sus ingresos económicos. Reme consiguió una incapacidad del 66% por fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, lo que no le impide acudir diariamente al gimnasio para hacer mantenimiento. De hecho, se está manteniendo estupendamente, ya que la grasa sobrenandante está exactamente igual y en el mismo sitio que cuando empezó a ir al gym. Eloy la acompaña religiosamente, pero no ha corrido la misma suerte. Su forma física ha empeorado: “Si es que a mí el bikram yoga no me va. Me estoy quedando chupado. Nos meten a 50 grados y salimos como las gambas en los cocederos: Sonrosadas, pero con menos vida que un recital de fados portugueses.”
 
 

         Y fue precisamente en el gimnasio cuando les surgió una oportunidad que no pudieron rechazar. Es conocido que este universo de mancuernas, músculos sudorosos, y culitos prietos, supone una cantera inagotable para las futuras estrellas del porno patrio. Fue así como Reme y Eloy pasaron a ser Maite Tillas y Moisex, la pareja de moda del pornofreak, subgénero de cine para adultos, comercializado a través de internet. En pocos meses amortizaron la hipoteca, cambiaron de coche, y ambas suegras se pusieron los dientes.

         Lo peor del éxito es que es una droga muy adictiva. Cuando lo pruebas no puedes vivir sin él. Gracias a sus películas de porno casero, ganaron la Almeja de Oro en dos ocasiones, y la Salchicha de Plata tres años consecutivos. Les paraban en el supermercado, y las cajeras les pedían autógrafos. Los parroquianos de los bares del barrio, les invitaban al imprescindible pincho de tortilla y caña. Anunciaban preservativos en las televisiones locales. Reme fue portada de Interviú enseñándolo todo, y meses más tarde el que salió fue Eloy, haciendo que mostraba algo, sin que se viera nada, como sus predecesores Jesús Vázquez, Rafael Amargo y Álvaro Muñoz Escassi. Hasta en esto se nota que España sigue siendo carpetovetónica, ultramontana y machista. El precio del metro de teta está por los suelos, pero un centímetro de trabuco visto de soslayo, tiene un valor de mercado incalculable.

Entraron en una espiral de sexo, drogas y flamenco. Parecían de nuevo adolescentes. Todo el día dale que te pego, en el ascensor, en el maletero del coche, en los baños de los restaurantes, en el salón social de la urbanización, en el trastero. Siempre cámara en mano, filmaban todos y cada uno de sus encuentros sexuales, y los subían inmediatamente a Sexcasero.com, la web de referencia donde cualquier pareja anónima podía colgar sus vídeos. Reme y Eloy (o mejor dicho, Maite Tillas y Moisex) encabezaban semana a semana el topdescargas.
 
 

Por el módico precio de un euro por video, cualquier internauta podía acceder a las aventuras en 3D de Julia y Francisca, las mecánicas de Móstoles,  protagonistas de la exitosa saga “ITV en el acto”. Otra pareja de éxito era la formada por Aureliano y Encarnación, los octogenarios viagreros, creadores de “Los viejos también gimen”. La sensación de la temporada era Macario&Cía, estrella absoluta de “Los trucos del Magorrino”, donde un albañil en paro se hacía pasar por mago en busca de ayudante femenina para su espectáculo, y se iba tirando una a una a todas las incautas que accedían a pasar el casting.

Eloy se mofaba de sus amigos cuando le confesaban que su vida de pareja no funcionaba. Al parecer, ellas alegaban dolor de cabeza un día sí y otro también, cada vez que no querían cumplir con el sacrosanto deber del matrimonio. Gregorio, el más obtuso y machista de la pandilla siempre defendía el mismo argumento: “¿Y qué más dará que le duela? Como si una mujer follara con la cabeza”. Cuando se hablaba de este tema (todos los días a todas horas), Eloy sonreía con displicencia. Se sabía macho dominante, y era una autoridad en la materia. A él nunca le pasaría algo parecido. La Reme era una máquina, y ya se encargaba él de mantenerla perfectamente engrasada.
 
 

Pero a todo cerdo le llega su San Martín, o en su defecto, la suegra se traslada a vivir a su casa, que viene a ser lo mismo. En el caso de Reme y Eloy, la desgracia vino por partida doble. Los respectivos maridos de ambas suegras, hastiados de la vida, decidieron inmolarse juntos. Una noche, al volver a casa después de pasar el día en la parroquia, se los encontró la madre de Reme en la salita de estar. La expresión facial de los abuelos denotaba paz, y en el  suelo había una nota manuscrita firmada por los dos, que rezaba: “Estamos bien, no tengáis prisa por reuniros con nosotros”. La autopsia reveló que la causa del fatal desenlace había sido una mezcla de vinorro de gran pureza, y una argamasa de chistorra cortada con panceta, y queso en aceite. Una combinación explosiva capaz de acabar con un caballo, que los ancianos, de puro gusto, no pudieron soportar.

Así, sin comerlo ni beberlo, Reme y Eloy se encontraron en casa con un pack de suegras. Dos por el precio de una. Los días de vino y rosas iban a terminar de forma abrupta, y en poco tiempo empezarían a sufrir las consecuencias. La intimidad desapareció de sus vidas. Las ancianas eran como cuando en Matrix replican al señor Smith. En vez de dos, parecían dos millones.
 
 

Más pronto que tarde, la vida sexual de la pareja se resintió. La libido descendió a niveles históricos. Cuando Reme se ponía tontorrona, Eloy tenía unos gatillazos monumentales, y cuando Eloy estaba golosón, Reme contestaba con desgana: “Me duele la cabeza”. Él, cabizbajo y pollienhiesto, se daba una ducha fría y musitaba: “Hoy tampoco”.

Pero ellos sabían la verdad. No era cierto eso que decía el telediario de que unos científicos extranjeros afirmaban que la cefalea precoital era la primera causa de absentismo sexual. Al menos en su caso, el primer motivo de quedarse a pan y mierda se llamaba Conchita, y el segundo, Juana, madres de Reme y Eloy respectivamente. Hasta que estas dos arpías entraron en sus vidas, en esa casa nunca había habido un dolor de cabeza, ni antes ni después del acto. VanityFreakNews.

 

sábado, 12 de octubre de 2013

Nace la primera ONG sinónimo de lucro.

            Era cuestión de tiempo que las principales agrupaciones políticas españolas crearan sus correspondientes fundaciones. El objetivo teórico de estas instituciones es la formación de militantes, el adoctrinamiento en el culto al líder, e incubar ideas con las que actualizar el discurso político. El objetivo real es mucho más prosaico: Recaudar fondos para el partido, y ya de paso, para los partidarios, y para los partidarios de los partidarios.
 
 
 
 
Así las cosas, hoy ha comenzado su singladura la primera ONG sinónimo de lucro. Nadie quería perderse el nacimiento de la criatura. El salón Ambassador del parisino Hotel Crillon estaba abarrotado. No cabía una persona más, ni haciendo el sesenta y nueve con el de al lado. Fuera, en la Plaza de la Concordia, las primeras hojas del otoño comenzaban a caer. Dentro, los invitados sobrenadaban entre delicatessen de Maxim’s y Fauchon. El Moët Chandon corría como el agua del Sena, servido por camareros que parecían sacados de la Semana de la Moda de París. Los organizadores no escatimaron en gastos, sabedores de que invitaban ellos pero pagaban otros.

Mientras estos representantes de la oligarquía económica y social disfrutaban de los placeres mundanos con la naturalidad del que lo ha hecho siempre, los paganos de la fiesta estaban a muchos kilómetros, concretamente de los Pirineos hacia abajo.
 
 

En ese viejo país llamado España, las hormigas obreras trabajaban durante todo el año en beneficio de las hormigas reinas o fértiles. Éstas, no habían hecho ningún mérito para ostentar su privilegiada condición, salvo haber nacido en una cuna distinta que las demás. Sus súbditos eran conscientes del papel que desempeñaban, y lejos de estar frustrados, lo asumían con conformidad. Ninguna cuestionaba su autoridad e incluso estaban orgullosos de poder trabajar para las hormigas reinas de su hormiguero, que eran consideradas un modelo ético y un referente moral para toda la colonia.

Lola Drona, poco o nada sabía del reino animal, y menos aún de las hormigas. Abandonó Derecho a falta de dos asignaturas (No sé por qué todo aquel que deja colgada una carrera, lo hace con ese número de asignaturas pendientes). La vocación política llamó a su puerta con tanta insistencia, que parecía un teleoperador de Jazztel a la hora de la siesta. Se afilió a las Nuevas Generaciones del partido donde había más posibilidades de prosperar, que no era precisamente el más afín a sus acomodaticias convicciones políticas.

Allí coincidió con otros “jóvenes” treintañeros que también habían visto en la política un medio de vida en vez de un fin, una profesión remunerada antes que una actividad altruista en beneficio de la comunidad. Como ellos, Lola no había trabajado nunca fuera del partido, y tampoco tenía intención de hacerlo: “Mi lugar está aquí, defendiendo los intereses de la sociedad”.

Lola se acercó al estrado y tomó la palabra. Transcribimos literalmente sus palabras, que aún hoy nos dejan estupefactos, por su descaro y sinceridad descarnada: “Buenas noches, señoras y señores. Agradecemos de antemano su presencia y el esfuerzo que han hecho para asistir, pero la ocasión merece la pena. Hoy tenemos el placer de dar la bienvenida a la ONG “Carteros sin fronteras”, una organización sinónimo de lucro que lo único que pretende es forrarse, llevando allá donde más se necesite una comisión, una mordida, un dinero negro o un fondo reservado. Como nuestro nombre indica, trabajaremos sin fronteras, y nuestros carteros, hombres y mujeres respetados y respetables, llevarán los sobres a cualquier paraíso fiscal del mundo.
 
 

Como el dinero público no es de nadie, y aunque seamos una organización no gubernamental, tanto el Gobierno actual, como el de signo político contrario, que presuntamente se formará a partir de las elecciones próximas, se ha comprometido a concedernos una aportación económica anual, que oficialmente emplearemos para realizar “Cursos de formación”, y extraoficialmente repartiremos entre nosotros.

Y ahora, mientras disfrutan de la fiesta a la salud de todos los españoles, veremos un video donde nuestro querido Luis Bardesayunas, presidente de honor de la ONG, les da la bienvenida. Como saben, tras el cuarto de hora que pasó injustamente en prisión, y tras ser sobreseído su caso, ahora vive en las Islas Caimán. Allí continúa trabajando en la que ha sido su profesión durante tantos años, y en la que es un referente a nivel mundial. Buenas noches. Dentro video”.
 
 

Mientras los invitados veían el video en París, en uno de los hormigueros de un ecosistema español, un escarabajo denunció que había visto a una de las hormigas reinas cometiendo un acto reprobable. Las hormigas obreras habían trabajado todo el verano recolectando alimento, que acumulaban laboriosamente en la galería principal, bajo la atenta mirada de las reinas. Pues bien, una de las reinas dedicaba las noches a llevarse la comida de la comunidad a otros hormigueros, donde la escondía. Al principio la cantidad desviada era pequeña, pero la avaricia hizo que el tránsito de alimentos fuera creciente, y en una de esas operaciones furtivas, un escarabajo insomne descubrió a la hormiga reina.

Las obreras no creyeron al escarabajo, que fue tildado de mentiroso. ¿Qué necesidad de robar tenía esa reina, si su posición era de privilegio, y el resto trabajaba para ella? ¿Para qué se iba llevar comida a otro hormiguero si en el suyo tenía más de lo que ella podía consumir? El resto de reinas hizo frente común con la presunta culpable, defendiendo su inocencia y negando las cada vez más numerosas evidencias. En todo caso, aceptaron que su compañera, como hembra fértil que era dada su condición de reina, sí había visitado otros hormigueros con nocturnidad. Pero su objetivo no era robar comida, sino echar una canita al aire con los machos de otras colonias. Aquello no estaba bien, pero no podía perder su posición real por un pecadillo que a fin de cuentas, cometía casi todo el mundo.
 
 

El escarabajo aportó pruebas contundentes y veraces. A las denuncias se unieron el topo, gran señor del subsuelo y experto en macrogalerías, y las luciérnagas, que desde su posición aérea iluminaban la noche y lo veían todo como si fueran helicópteros de policía.

Se celebró un juicio público, y la hormiga fértil fue encontrada culpable de los cargos que se le imputaban, y condenada a ser expulsada de la colonia. El resto de hormigas reinas, fueron también juzgadas y condenadas por encubrimiento de delito, falsedad documental y malversación de alimentos públicos. La pena fue la misma que para su compañera. Indignadas, abandonaron el maizal proclamando su inocencia: “Ya encontraremos un hormiguero mejor. Vosotras, pobres hormigas obreras, desapareceréis en breve, porque no sois fértiles y lo único que sabéis hacer es trabajar por cuenta ajena”.

Cuán equivocadas estaban las hormigas reinas. Desconocían el funcionamiento interno del reino animal, donde el mecanismo de autorregulación es una ley absoluta. En el hormiguero, las obreras volvieron a trabajar colectivamente en apoyo de la colonia, y algunas de ellas, que pasaban por ser las más honestas, desarrollaron la capacidad de reproducirse.
 
 

Sin embargo, las reinas se iban encontrando en su camino con otras reinas que habían corrido la misma suerte que ellas. Ninguna sabía emplear sus patas para trabajar, y sus alas no les servían de nada fuera del hormiguero. Además no sabían defenderse porque tampoco lo habían hecho nunca. De acuerdo con la ley natural, sirvieron de suculento alimento a un grupo de perdices, depredadores habituales de insectos, pero poco acostumbrados a hormigas de tan buen aspecto y colosal tamaño.

Así acabó la historia en el hormiguero del maizal, y en los hormigueros vecinos. Las reinas se extinguieron, unas por culpables directas y otras por cómplices necesarias. Mientras tanto, las hormigas obreras fueron felices, y no fueron comidas por las perdices. VanityFreakNews.

domingo, 6 de octubre de 2013

Un artista español es profeta en su tierra.

       En España, cuando palma un miembro ilustre de la bohemia, existe una especie de obligación de saldar esa deuda moral, ese vacío afectivo, e incluso ese pufo que el farandulero en cuestión dejó en el bingo la noche antes de morir. Los españoles somos muy exagerados, porque hemos de reconocer que lo somos. Y en estos homenajes póstumos se nos va la mano, el antebrazo y casi, casi hasta el hombro.



Lo primero que hacemos es exponer el cadáver en un sitio público, para que una horda de gente anónima se acerque a dar el último adiós a alguien que no había visto físicamente en su puta vida. El finado metido en su féretro con tapa de cristal, parece un Magnum en el mueble de los helados de un supermercado. Mientras tanto, las familias de extrarradio (abuela del pueblo incluida) acuden en pleno a llorarlo. No puede faltar la foto de grupo que inmediatamente es subida al Facebook: “En el velatorio de Rufino Zurdo. Grande Rufino. Siempre nos quedarán tus películas”.

Después viene el reconocimiento en su patria chica. Lo hacen hijo adoptivo, hijo predilecto, y si se descuida, hijo de mala madre. Le ponen su nombre a una calle, qué digo a una, a quince, a la plaza del pueblo, y al puticlub de carretera que hay en la autovía a Madrid. Rebautizan el pabellón deportivo multiusos  como “Rufino Zurdo Center”, y todos los niños que nacen en los meses siguientes se llaman Rufino de Todos los Santos. Así es España, la profunda y la supuestamente superficial.

Luego está la hagiografía personal y profesional. En vida no se había comido un rosco ni pagando, pero casca y de repente se convierte en el rompecorazones patrio. Apuntan en su fusil una lista interminable de muescas. Por supuesto, todas estas conquistas están ya muertas para que tampoco puedan desmentir semejante infundio. El cadáver del famoso flipa porque piensa: “A ésta no la conocí, la otra me dio calabazas cada vez que lo intenté, aquella era lesbiana, ésta otra era la pareja estable de la lesbiana, y la última murió veinte años antes de que yo naciera. ¡Pero si me he muerto siendo virgen!”.

Si el popular fiambre fue cantante, en toda su carrera probablemente vendiera alrededor de diez mil discos, incluyendo los que regalaba a la familia, y los que le gorroneaban los amigos. A menudo repetía aquel mantra de: “Es que la piratería ha hecho mucho daño a la industria. Las copias ilegales van a acabar con la música”. Luego en casa, a solas con su conciencia, se sinceraba y reconocía con naturalidad que ya era en vida era un muerto, pero de hambre. Nadie se gastaría veinte euros en un CD suyo, pero por cinco eurillos en la manta, igual hasta lo compraba alguien. Al mirar a Alejandro Sanz, a Madonna, a Justin Bieber, decía: “Pobre gente, que existencia tan miserable llevan por culpa de la piratería. A veces tienen dificultades hasta para llegar a fin de mes”.

Cuando estaba vivo, tenía un humor de perros. No era amable ni con ese fan incondicional que venía a pedirle un autógrafo, con cara de haber tenido una aparición mariana. Pero amigo, en cuanto el artista se iba al otro barrio, ya no era un mal educado desagradecido, sino alguien con personalidad, y dejaba de ser un borde, para convertirse en un individuo con mucho carácter.

         Pues más o menos esto hubiera ocurrido con nuestro protagonista, de no ser porque se trataba de una celebridad en USA. Éste es otro rasgo distintivo de los españoles. Puedes ser una bosta de vaca loca pinchada en una vara podrida por la carcoma, pero sí has triunfado en el país de Paris Hilton, o nos convences de que has triunfado (como en su día hizo Ana Obregón), en España eres y serás por siempre Dios.
 
 

Nuestro españolísimo y celebérrimo Nico Ñazos, fue cocinero antes que fraile. Veterano profesional curtido en la televisión, inventó las sitcom de adolescentes norteamericanos descerebrados. Hablamos de esas series protagonizadas por actores entrados en la cuarentena, mediocalvos y regordetes, que interpretan a chavales de entre quince y veinte años. Los personajes viven en barrios residenciales, porque en la ficción televisiva no existen los pobres ni las personas normales. Aunque  están todo el día de fiesta, luego sacan matrículas de honor, lo cual no es óbice para que inexplicablemente, siempre estén en último año de high school o en primer semestre de universidad. ¿Por qué nunca pasan de curso?

Los padres suelen ser profesionales liberales de reconocido prestigio, indulgentes con los pecadillos de juventud de su prole, porque: ¿A quién en su día no se le fue la mano haciendo un juego de rol y acabó quemando a un abuelete que pasaba por allí? ¿Existe algún americano de bien que en sus años mozos no guardara un remolque de marihuana en el garaje familiar?
 
 

Son gente joven, sanota y con buen fondo. Lo único que quieren es divertirse un poco. A Nico Ñazos debemos títulos que son historia viva de la televisión: “Al fornicar en clase”, “Un fornicio adelante”, “Sensación de fornicar”, o “Fornication Place”, productos que huyen del sexo fácil, y se han erigido en bastiones de la pedagogía moderna. Que un adolescente es pillado por sus padres fumándose un porrete, pues se le compra un Maseratti. Que luego acaba en un centro de desintoxicación, se le compran dos, para que tenga de quita y pon.

Como era previsible, Nico dió el salto al cine, donde su talento innovador siguió desarrollándose en proyectos de enjundia creciente. Él es el culpable, él es el grandísimo hijo de puta que tuvo la infeliz idea de crear el género del terror adolescente. Películas donde el protagonismo recae en sacos de hormonas con acné, que como presienten que van a ir muriendo uno detrás de otro, no se quieren ir al otro mundo sin mojar. Ellos traen de serie pectorales de gimnasio, y ellas, de quirófano. Son largometrajes absolutamente previsibles. Los miembros de este ejército de anencéfalos van cayendo como chinches hasta que queda sólo uno, el más gilipollas, que acaba muriendo igual. Todo ello regado con unas gotitas (más bien bidones) de sexo explícito pero inocente. Los personajes son exterminados con profusión de vísceras y sangre. No queda nadie, pero eso no importa: Siempre habrá una precuela, una segunda parte, una tercera y las que hagan falta si la taquilla responde.
 
 

Films independientes como “No debes hacerlo ahí”, “Tú no, negro”, “Helarte de morir”, “Una de zombis y dos de bravas”, o “Ouijaaaaaa: relincho infernal”, propiciaron que los cazatalentos de Hollywood echaran sus redes sobre Nico Ñazos. Le hicieron una proposición que no pudo rechazar: Dirigir “Fast and furious 57”, nueva entrega de la exitosa y longeva saga. Sólo le pusieron dos condiciones: La primera, darle la enésima oportunidad a Elsa Pataky, que gracias a su talento, tesón, y una musculatura buccinadora privilegiada, capaz de succionar compulsivamente objetos alargados a tres ciclos por segundo, había pasado en pocas décadas de ser una horrorosa actriz a ser una actriz horrorosa. La segunda, Nico Ñazos era un nombre cacofónico y muy poco comercial para un director estrella. A partir de ahora sería conocido en España y en el mundo como Kleen Exbud.

Y así se presentó en Hollywood el bueno de Nico, con una mano delante y otra detrás, que ya le habían avisado sus amigos del pueblo que se anduviera con ojo, porque en el Olimpo del cine más de uno querría ponerlo mirando a La Meca. Rodó un “Fast and furious” cada año durante veinticinco años, hasta que llegó un día que harto de la Pataky, le espetó al productor: “O ésta o yo”. A lo que el ejecutivo contestó: “Si tú te ves capacitado para hacerme las cosas que me hace ella, te quedas, si no, mi coche te llevará al aeropuerto”.
 
 

Nico, como todos los de su pueblo, era muy tozudo y orgulloso. Sin mediar palabra, dio un portazo y se fue a buscar a la Pataky para echar el último caliqueño, “por los viejos tiempos”. Volvió a España, y en la soledad de su Prádenes de Lozoya natal, mientras observaba a dos perros pelearse con ira injustificada, tuvo otra idea genial. Haría lo que nadie hasta ahora había hecho en España: una película sobre nuestra Guerra Civil. Fue la cinta más taquillera de la historia del cine español, mereciendo los parabienes de crítica y público. Ganó todos los premios imaginables (incluido el de mejor actriz para Elsa Pataky). Así, el gran Nico Ñazos se convirtió en el primer y último artista español en ser profeta en su tierra. VanityFreakNews.