En ocasiones, la
presión a la que puede ser sometida una persona, hace que se tambaleen los
cimientos que soportan su vida. El resultado final es la claudicación total y
absoluta, sin margen para el arrepentimiento o la vuelta atrás. Es lo que le ha
ocurrido a la excepcional actriz española Rebeca Nalillo.
Es el mito
erótico de una generación de españoles. Los nacidos en los albores del
felipismo, han crecido al ritmo de sus películas, maldiciendo a su eterno
compañero cinematográfico, el justamente olvidado Jorge Panadero. Haciendo
honor a su apellido, Jorge siempre acababa con las manos en el pan de su partenaire, primero amasando la harina,
y después comiéndose unos bocadillos de barra y media.
Las tramas argumentales de nuestro cine tienen
una querencia innata por mostrar carnaza, la de Rebeca Nalillo, y la de
cualquier otra. Si el largometraje es de ciencia ficción, y transcurre en un
lejano planeta de otra constelación, el astuto guionista se inventará que por
culpa del calentamiento global, en esa galaxia hace un calor que te torras, y
los aborígenes no tienen más remedio que ir como su Dios los trajo al mundo. Si
la acción tiene lugar en la Edad Media, época en que la gente iba tapada hasta
el cuello, resulta que el malo malísimo de la historia ha robado la ropa de los
protagonistas en un descuido, y a éstos no les queda otra que enseñar cacha. Y ya
que están, pues darle al tema, porque lo que han de comer los gusanos, que lo
disfruten los cristianos.
En esta
coyuntura de la cinematografía patria, era imprescindible que Rebeca Nalillo,
saliera a la palestra para dar explicaciones, aunque fuera a través de su representante:
"La Nalillo está bastante nerviosa. Hay que tener presente que es la
primera vez en que va a aparecer vestida en pantalla, y con parlamentos de más
de dos frases seguidas. Al no haber precedentes en el cine español,
desconocemos como va a reaccionar el público. Tanto el equipo técnico como el
artístico la han arropado mucho durante el rodaje de esas difíciles escenas, y
el resultado ha sido muy satisfactorio. Por primera vez, un filme español ha
tenido que invertir dinero en vestuario, y eso ha encarecido mucho la producción.
Somos conscientes del morbo que despierta la película, y de la alarma social
que se ha generado. Por todo ello, esperamos que funcione estupendamente en taquilla.
De todos modos,
seguiremos el protocolo habitual en estos casos. Esperaremos el dato del número
de espectadores durante el primer fin de semana, y si el resultado no es el deseado,
filtraremos a la prensa que tras una relación fugaz con su hámster ruso, Rebeca
está viviendo un romance estable con su perro podenco. Además, publicaremos un
reportaje fotográfico que le hicimos en el desierto de Almería. Aparece supersonriente,
luciendo un look casual, con
maquillaje nude y cuidadosamente
despeinada, rodeada de chiquillos desnudos pintados de negro. Se trata de
simular que es embajadora de UNICEF para la infancia y que las fotos están
hechas en una zona deprimida de Senegal. Este trimestre, los medios de comunicación
han elegido Senegal como “País pobre del continente africano, asolado por la
hambruna tras un desastre natural”. En tres meses si te he visto no me acuerdo,
porque aunque allí la gente siga muriendo en masa, habrá que cambiar de país
pobre, para que la opinión pública no se sature, y la audiencia no decaiga.
En el texto que
acompaña a las fotografías, Nalillo hablará de la catarsis interior que le ha
producido conocer de cerca la miseria del continente negro, y anunciará en
primicia que va a donar una cantidad importante de dinero, entre treinta y
cincuenta euros, para fines sociales: “Quiero levantar una estatua en medio del
desierto en homenaje al Actor Desconocido. Así, estos pobres niños podrán conocerlo y tendrán acceso al mundo del
cine”.
Asimismo, la
actriz se meterá en camisas de once varas, y denunciará la crisis de valores
(bursátiles) que vive Occidente, reconociendo que para ella es más importante el
ser que el tener: “Mi entorno me dice que estoy un poco loca. A veces he
llegado a pensar en vender el Porsche Carrera y mi mansión de La Moraleja, para
irme a vivir a Parla y estar así más cerca de mi público. El problema es que
allí las casas son muy pequeñas y no sé dónde iba a meter la piscina cubierta,
la pista de paddle, y el resto de coches”.
Gracias a su
sólida formación intelectual, no evitará abordar las cuestiones políticas más
actuales, defendiendo el No a la Guerra de Vietnam: “Basta ya de que muera
gente inocente en el sureste asiático, por culpa del genocida Bush y de su
cómplice Aznar. Hay momentos en que siento vergüenza de ser española”. Y confesará
sin rubor que no le atrae nada la Primavera Árabe: “Yo soy más de invierno, de
tardes de sofá y mantita en compañía de una buena película”.
Como gran
experta en la materia, la moda será un tema obligado. He aquí alguna de sus
frases más destacadas: “Debo ser la única famosa que no se viste en Zara. Prefiero
salir vestida ya de casa”, “No entiendo la polémica de las tallas: La que
pruebe el 69 se olvida de la 38 para siempre”, “Me encantan los diseños de
David Delfín. Otro intentaría disimular, pero él es un tío valiente. Cubre la
cabeza de las/los modelos para que te fijes sólo en la ropa, como queriendo decir:
Que sí, que sí, que esta mierda la he hecho yo”, “Mis favoritos son Victorio &
Lucchino: Ellos sí que son los reyes del volante y no Sebastian Vettel. El otro
día, en una minifalda les conté un millón setecientos ochenta mil noventa y
nueve volantes. Una locura”.
Si esta
entrevista no fuera efectiva como mecanismo promocional, pasaríamos al plan B.
Consiste en coger a todos los famosillos de medio pelo que pueblan los realities televisivos, desde Gran
Hermano a Gandía Shore pasando por los tronistas de Mujeres y hombres y
viceversa, y meterlos en una gran nave de ganado estabulado. Mientras son
alimentados con pienso, y copulan compulsivamente entre sí, se les amenaza
formalmente con regalarles un libro, si no van a ver al cine a ver la película
de la Nalillo. Es un método ética y moralmente reprobable, pero garantiza un taquillazo
a coste cero, porque esta jarfia humana es capaz de tirarse por un barranco
antes de abrir una obra literaria.
En cualquier
caso, este debe ser el año de la consagración definitiva de Rebeca como estrella.
Hemos comprado para ella un Goya a la Mejor Actriz Principal, y estamos
negociando un Oscar. Lo que pasa es que no nos va a llegar el presupuesto, y a
lo peor nos tenemos que conformar con la nominación. Da igual, porque aunque no
gane, recuperaremos sobradamente la inversión. Rebeca saldrá en todos los
medios nacionales y extranjeros durante los meses previos a la ceremonia de los
Oscar. Es una campaña publicitaria brutal, que nos saldría mucho más cara si la
hiciéramos por libre.
Y después, a la
vuelta del verano, recibirá el doctorado honoris causa por la Universidad de
Tragacete: "Doña Rebeca Nalillo Sudado es una de las artistas españolas
más internacionales, con una trayectoria plagada de bodrios infumables. Esta
universidad quiere reconocer la labor docente de la doctoranda, ya que durante
carrera profesional, lo ha enseñado todo, varias veces, en cada una de sus
películas". Además, la Sociedad Española de Dermatología, le otorgará su premio
especial anual: “Como elemento constante de divulgación científica, al mostrar
su piel de cabo a rabo en cada fotograma”.
Por otra parte,
la AAOZ (Asociación de Adolescentes Onanistas Zurdos) ha manifestado su
oposición frontal a que Rebeca no enseñe carne en este largometraje. A través
de su portavoz Efrén Illo, amenazan con manifestarse a la puerta de los cines
donde se proyecte la película, ondeando sus penes enhiestos para realizar una performance de bukkake, con una muñeca hinchable, que simularía ser su ídolo
cinematográfico. Esto sería surrealista en otros países, pero nada descabellado
en España. Como mecanismo promocional funcionaría de maravilla, porque
abriríamos todos los telediarios del día, y saldríamos en las tertulias de la
telebasura varias semanas seguidas.
Veremos qué
pasa. Hemos hecho una apuesta arriesgada. A lo mejor de a aquí a unos años,
todas las películas españolas son distintas, y resulta que hemos sido pioneros.
Por si acaso, Rebeca ya se encuentra inmersa en la preparación de su próximo
proyecto, una coproducción hispano-chipriota. Es un drama social, intimista y
comprometido, que llevará el revelador título: “Chupa, chupa, que yo te aviso”.
Son tiempos difíciles y hay que apostar sobre seguro”. VanityFreakNews.
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