Quien más y quien menos sospechará que las siguientes líneas
son fruto de sed de venganza de un madridista irredento, ante la payasada perpetrada
la semana pasada por el señor Joseph Blatter, a la sazón, presidente de la
FIFA.
Por si alguien todavía no conoce la historia, resumiremos
brevemente: Resulta que el máximo dirigente del fútbol mundial acudió a la
Universidad de Oxford, no para iniciar una carrera universitaria en el cupo de mayores
de veinticinco años, sino para mantener una charla con un grupo de estudiantes.
Foto tomada de Deia
Este consumidor habitual de Viagra® desde hace
décadas, decidió hacerse el guay, posiblemente
contagiado por la tierna edad de su auditorio. No sabemos si cuando visita una
granja se pone a mugir como las vacas, o si cuando viaja a un país pobre, va
pidiendo limosna por las esquinas, pero al parecer, tiene la costumbre de
mimetizarse con el ambiente.
En un tono coloquial y desenfadado, el señor (es un decir)
Blatter se decantó públicamente por Messi, respecto a quien debe ser el próximo
ganador del Balón de Oro. Un buen monarca es aquel que mantiene la neutralidad
y se abstiene de emitir juicios de valor a favor o en contra de nadie. El
problema es que a buen seguro, el actual rey del fútbol piensa que Salomón fue
un futbolista judío.
Foto tomada de Vozpopuli
Sepp Blatter tiene todo el derecho del mundo a considerar a
Messi mejor pelotero que Cristiano Ronaldo, y a manifestar sus preferencias
siempre y cuando no excedan del ámbito privado. Incluso muchos madridistas
acérrimos estamos de acuerdo con él en el fondo, pero nunca en estas formas.
En Oxford ofreció un espectáculo lamentable, más propio de
una mala copia de Chiquito de la Calzada que de un prohombre del fútbol. En un
compendio de tics, muecas, y ademanes afectados, Blatter explicó a un auditorio
entregado a la vez que estupefacto, por qué Messi es un santón, y Cristiano un
ciborg.
No sabíamos que Blatter vive en Barcelona y es vecino de
Messi desde hace años. Sólo así sería posible que conociera tan bien al astro
argentino, no como futbolista sino como persona: “Es el yerno que toda madre
querría tener, un buen chico, amable”. Mucho nos tememos que la relación
Blatter-Messi se limita a coincidir en dos actos públicos al año y poco más,
así que menos lobos, caperucito. Vale que Messi no tiene aspecto de ir matando
viejas o secuestrando huerfanitas por las esquinas, pero de ahí a elevarlo a
los altares en vida, hay tanta distancia como desde la Rosario natal del
futbolista a su Barcelona actual.
Que les pregunten a Ibrahimovic o a Villa por el buen chico
Messi, ese cacique que hace y deshace en el vestuario, que firma un nuevo
contrato con onerosa subida de sueldo cada seis meses, que manda más en el club
que su presidente, y que desatiende sus obligaciones con el erario público
español, negociando después multas a razón de cinco millones de euros. Efectivamente,
es el yerno que toda madre quisiera tener… lejos de sus hijas. Quien esto
escribe tampoco conoce a Messi, y no tiene el más mínimo interés en el único
argentino que carece del don de la elocuencia. Estos son hechos objetivos y lo
de Blatter son apreciaciones subjetivas de inspiración etílica.
Foto tomada de Rpp
Y yendo al fondo de la cuestión, ¿Qué necesidad había de
burlarse de Cristiano para canonizar a Leo? Ronaldo es un extraordinario
jugador que ha tenido la mala suerte de coincidir en el tiempo con el que
posiblemente será considerado el mejor jugador de la historia. CR7 es un
chuloputas dentro y fuera del campo, altivo, narciso, prepotente, pagado de sí
mismo, y encantado de haberse conocido. Un posturitas que empieza a posar en
pleno partido en cuanto ve que le enfoca la cámara. Un vigoréxico de barrio, un
poligonero multimillonario que gasta más en estilismo que su novia, esa que
dicen que es supermodelo, pero que antes de tener una relación con él, no había
salido ni en el catálogo de las rebajas de Carrefour.
Y sí, como dice el payaso Blatter, Cristiano es un
comandante dentro del terreno de juego. Pero no un híbrido entre Chiquito de la
Calzada y Chaplin haciendo de Hitler en “El gran dictador”, como intentaba
simular ese bobo que está al frente de la FIFA. Cristiano (como Messi) es el
jugador franquicia de su equipo. El que más cobra (como Messi), el que más goles
mete en su club y el que gana los partidos cuando sus compañeros tienen un mal
día (como Messi). Y muy alejado de la imagen que nos quisieron vender cuando
llegó a España, no es un amante de la noche que va cerrando bares y desbragando
doncellas. Es un superprofesional que antepone su carrera a los cantos de
sirena. También en esto es como Messi.
Un respeto señor Blatter, porque está hablando de dos
talentos irrepetibles. Y sobre todo, téngase respeto a usted mismo. Las
imágenes del otro día demuestran que llegó a Oxford perfumado de casa. El
enrojecimiento facial que lucía durante la entrevista denota que el líquido
transparente que contenía la jarra de la mesita auxiliar no era precisamente agua.
Usted es el máximo dirigente del fútbol mundial y no puede
ir cocido a un acto público, como si fuera un vulgar invitado del Sálvame
Deluxe. Si no sabe mearlo, es mejor que no beba, y si lo mea, no lo haga hacia
arriba, porque las leyes de la Física nos dicen que inexorablemente le caerá
encima. Con su actuación del otro día se ha puesto en contra a mucha gente, y tenga
mucho ojito, porque a poco que se vaya a Sevilla, le pueden quitar la silla.
Foto tomada de UOL Esporte
Posiblemente el problema es ese, que este caballerete,
bajito y regordete, no tiene categoría ni para ser presidente de su comunidad
de vecinos, y el cargo le viene muy grande. Tampoco le ha ido mal en la vida,
teniendo en cuenta que durante muchos años fue el chico para todo del
todopoderoso Joao Havelange, aquel brasileño con aspecto de oficial del Tercer
Reich, del que heredó el puesto en pago por los servicios prestados.
Viajar en business y hospedarse en hoteles de cinco
estrellas gran lujo, lo sabe hacer hasta el señor Blatter; comportarse con
responsabilidad y dignamente, es privilegio de unos pocos. Ya ha pasado una
semana y todavía no hemos leído ni escuchado al presidente de la Federación
Española de Fútbol pronunciarse acerca de un asunto, que afecta a los dos
mejores jugadores de nuestra liga. Habrá que esperar a leer su libro de
memorias: “Sus bais a enterar: El triunfo de un analfabeto funcional”, por si
allí se manifiesta.
Ángel María Villar, conocido cariñosamente en el mundo del
fútbol por “Pillar”, debido a su afán por conjugar ese verbo en primera persona
del singular, ni ha hablado ni hablará. El eterno presidente del fútbol patrio,
un exfutbolista que se licenció en Derecho (¡Madre mía, como está la
universidad española!), y después de tantos años de ejercicio sigue diciendo
“fúrgol”, es un hombre taimado, ambicioso y paciente. Es ese tipo de personaje
que al de arriba le pone el culo y al de abajo le da por culo. Y en esas está,
en heredar el cargo.
Consejo de amigo Facebook, don Ángel María: Desconozco si
usted es abstemio o le gusta empinar el codo, pero vaya aprendiendo a beber
ginebra, como hace con maestría el presidente Blatter. Ah, y en youtube hay
unos videos buenísimos de Chiquito de la Calzada. Sería bueno que ensaye la
imitación por si algún día le invitan a Oxford. VanityFreakNews.
Vaya panda de payasos...lo malo es que encima están forradísimos...Y habrá quien los vea como ejemplos a imitar...Puff
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Ruth. Un beso enorme.
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