Un
caso clínico publicado en el último número de la prestigiosa revista American
Journal of Physical Medicine and Rehabilitation, ha conmocionado a la
comunidad científica internacional: Asper Gillus, un hongo común que ha vivido desde
su nacimiento en una bulla pulmonar, ha conseguido tras muchos años de estudio,
convertirse en un simpático perro yorkshire.
Hablamos con Cándida, su orgullosa
madre: “Desde que lo vi por primera vez en la placa de Petri, supe que mi Asper
no era un hongo cualquiera. Soy madre soltera, por lo que he tenido que pelear
mucho por sacarlo adelante. Me quedé embarazada muy joven. Su nombre es un
homenaje al cantante Asper Naster. Yo era groupie
de Naster. Colonizaba los bocadillos que le ponían en el catering de los
conciertos, y así podía acompañarle toda la gira.
Desde siempre inculqué a mi hijo que si quería ser un hongo
de provecho, tenía que hincar las hifas. Era un niño muy casero, mientras sus
amigos iban por ahí parasitando anfibios, él se quedaba jugando con sus esporas
o leyendo un libro. El ambiente en el barrio no era muy bueno. De sus
compañeros del colegio público, muchos virus murieron a causa de las vacunas, y
casi todas las bacterias cayeron por los malditos antibióticos”.
Cándida no puede evitar derramar alguna lágrima evocando
aquellos días: “Deseaba para Asper lo mejor, que me superara en la vida. No
quería que acabara como su madre, viviendo en cavidades orales de mala muerte,
hoy en un drogodependiente, mañana en un pensionista inmunodeprimido. De su
pandilla adolescente, algunos colgaron los libros y empezaron a trabajar como
levaduras. Me daba un coraje tremendo tener que darle dinero para el cine,
mientras los amigos ganaban un buen sueldo, que les permitía vestir con pared
celular de marca y comprarse un vector a plazos. El más chulito era Fungi, un
eucariota de padres italianos, que en una primera fase se hizo enzima, y después
ocupó como interino una plaza de proteasa. Aunque miraba a todos los mohos por
encima del hombro, el tiempo siempre acaba por poner a cada hongo en su sitio. El laboratorio farmaceútico cerró, Fungi se
quedó en el ambiente, y tuvo que empeñar hasta los micelios de la familia.
Dicen que acabó sus días fermentando cerveza, en una empresa ilegal, que
fabricaba marcas blancas. No lo sé, porque no volví a verlo”.
Desde Estados Unidos, nos llegan rumores de que algunas
personalidades están aterradas tras conocer la historia de Asper Gillus. El
ginecólogo de Paris Hilton ha roto el secreto profesional, para contar que su
popular cliente ha abrazado la castidad: “No quiere correr más riesgos. Es
consciente de la flora y fauna que habita en el epicentro de su femineidad, y
teme que si se produce una mutación a gran escala, aquello podría parecer el
arca de Noé”. El mismísimo presidente Obama anda más que preocupado. Todo el
mundo sabe que es un gran aficionado al deporte, pero lo que no es tan
conocido, es que padece pie de atleta desde su juventud. “No me gustaría
levantarme un día por la mañana, y ver que tengo dos comadrejas en los pies”.
Así de humano se ha confesado el presidente a su asesor Jonah Cojoneitor.
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre las circunstancias
en que se ha producido este fenómeno sobrenatural, de imprevisibles
consecuencias en los órdenes político, económico y religioso. Existen varias
teorías científicas. La más extendida es la meteorológica: Asper que es un poco
guarrete y bastante escatológico, colonizó una caquita de perro. Mientras estaba
reproduciéndose asexualmente de forma fisiológica, sobrevino una ciclogénesis
explosiva. En la fase de meiospora, un rayo pudo impactar de lleno en el
excremento canino, por lo que el ADN de ambos seres empezó a recombinarse con
una velocidad mil veces superior a la habitual. Esto dio lugar a una mutación
que alteró drásticamente el ensamblado secuencial de la cadena de aminoácidos,
con el resultado final que todos conocemos.
Enter Ao, subdirector de proyectos de la NASA, va más allá y
busca aplicaciones prácticas a este descubrimiento casual: “Queda mucho por
hacer y hay que ser prudentes, pero si de un pedazo de mierda se ha generado un
pequeño perro, cogiendo la programación televisiva de cualquier cadena,
podríamos conseguir que los dinosaurios volvieran a habitar la Tierra”.
Cándida se rebela contra la versión oficialista, y pone en
valor a su hijo: “Esto sólo es fruto del esfuerzo de Asper. El traumatólogo le
mandó Rehabilitación intensiva, y el neurólogo dijo que el niño tendría que
hacer tratamiento rehabilitador de por vida. Han sido muchas horas de estudio,
dos exámenes orales, uno escrito, y el de inglés. Los poderosos quieren
fagocitarlo, y llevarse todo el mérito. ¡Pues ojalá mis primas las ladillas les
colonicen los huevos y se les caigan a trozos! No van a poder con mi Asper. De
momento es un perro, pero se ha apuntado otra vez a la academia, y se va a
preparar para elefante. Quién ladra el último, ladra mejor”. VanityFreaksNews.
JAJAJA. ¿Pero de dónde sacas el tiempo y la imaginación?jajaja
ResponderEliminarMuy bueno, a la par que friki...
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