“Luego dicen que los liberados
sindicales somos unos vagos, y que no trabajamos”. Quien así habla es Armando
Pollos. Comenzó a temprana edad su andadura en la lucha obrera. Con diez años,
ya estaba afiliado al sindicato de monaguillos de los Padres Escolapios. “Ser
manifestante es una profesión vocacional. Esto no se paga con dinero. Estás
siempre a la intemperie, sea invierno o verano. Tienes que soportar un día el frío
polar y al mes siguiente, un calor sofocante. Por no hablar de la inestabilidad
laboral. Cuando gobierna el PSOE, el volumen de trabajo baja necesariamente.
Aunque congelen las pensiones, y bajen el sueldo a los funcionarios, son “los nuestros”,
y no vamos a ser tan cainitas como para manifestarnos contra ellos.
En cambio, cuando los peperos llegan al poder, entran un
montón de pedidos. Este año no he tenido un fin de semana libre, y sólo he
disfrutado de dos semanas de vacaciones. Es un trabajo muy estresante. Mire mi
agenda de hoy: A las once, una marcha de la Asociación de Tai Chi Taoista de
España, para reivindicar que se prohíba el uso de la palabra chinorri, con carácter peyorativo. Luego
a las doce, la sentada de la Asociación Igualdad Animal, para pedir que Kiko
Rivera pueda concursar en La Voz, con cantantes humanos. Media hora después, la
inauguración en la Fnac Callao de la retrospectiva: “El movimiento sindical en
tiempos de Felipe II”, una exposición de fotografía digital, que contará con la
presencia del autor, convenientemente desembalsamado para la ocasión. Y
entremedias, un acto de confraternización con la Unidad de Intervención de la
Policía, para que los compañeros más jóvenes vayan conociendo como es una lechera por dentro. Para este evento voy
a delegar en mi hijo Armandito, que es el que va a seguir la tradición
familiar. Tiene que ir fogueándose, y aprendiendo a linchar maderos y a insultar
en público”.
Armando Pollos reivindica
las bondades del movimiento asambleario y la lucha callejera: “Este tema lo han
estudiado hasta en una universidad americana. Las manifestaciones crean
riqueza. Son una fuente enorme de colocación temporal, y no me refiero a los
porros, sino al empleo. Damos trabajo a los bares, a los barrenderos, a los
sanitarios, y a los antidisturbios. Por no decir nuestra repercusión en la
gastronomía. Con la inestimable ayuda de la policía, hemos puesto de moda las
tortas con sirope, el lechazo al horno, los huevos rotos, y el arroz con
leches.”
“Desde que ganó el Rajoy,
estamos pujantes. Todos los sábados por la noche salimos por la tele, en “El
Gran Dewater”. Hasta nos ha recibido el Delegado del Gobierno, don Rubén
Gañoso. Nos ha propuesto construir un recinto estable para nuestras concentraciones.
Se llamaría Manifestódromo de Madrid, y estaría ubicado en plena naturaleza, fuera del
área metropolitana. Dice que lo hace por nuestra salud, y para que mejoremos
nuestra calidad de vida. A diferencia de la contaminación ambiental que existe
en el Paseo de la Castellana, en Valdebebas se respira aire puro.
El excelentísimo señor
delegado es un atlético furibundo, y como la ciudad deportiva del Real Madrid
se encuentra precisamente en Valdebebas, está encantado con la idea de
construir allí el manifestódromo. Nos ha prometido exenciones fiscales si entre
manifa y manifa, reventamos los entrenamientos del eterno rival, y nos colamos
en las ruedas de prensa de Mourinho para darle un poquito por culo.
Quiere que nos
traslademos en Diciembre de 2013 coincidiendo con el día de los Santos Inocentes.
Tiene un interés especial en que inauguren el recinto los trabajadores de la sanidad
pública madrileña. Nadie conoce el porqué de esa obsesión. Extraña mucho, dada
la actitud sistemática de las autoridades, que se niegan a negociar con este
sector, cuando en otras ocasiones, se sientan a hablar hasta con terroristas.
Hay quien dice que Rubén Gañoso quiso
ser sanitario, pero no le dio la nota para entrar en la universidad. ¿Quién
sabe?
Al principio no estábamos
muy convencidos con el cambio. Son muchos años, y le tenemos cariño al centro
de Madrid. Hay un componente sentimental muy fuerte, pero los tiempos han
cambiado. Se ha perdido el romanticismo. Antes había nobleza. Si le abrías la
cabeza a un policía, él te devolvía el golpe, y cuando acababa la mani, te fundías con él en un abrazo, y te
ibas de vinos. Ahora eso es impensable, como se te ocurra atizarle a uno, te
buscas la ruina.
Don Rubén parece un
hombre de fiar. Es una persona con la que se puede hablar, y en nuestras
conversaciones, siempre ha demostrado un gran conocimiento del movimiento
sindical. Está muy sensibilizado con la lucha obrera. Me ha enseñado la maqueta
del proyecto, y es impactante. A primera vista, parece el campo de exterminio
de Mauthausen, con su chimenea y todo. Será tan alta como las Torres KIO, y se
verá desde la sierra madrileña. Al final del circuito por donde discurrirán las
manifestaciones, se van a construir unas naves enormes llamadas cámaras, dotadas
con tuberías en el techo. Dice el delegado que son duchas comunitarias para
mantener la higiene, porque al aglomerarse tanta gente, acaba oliendo a chotuno. Como a
Valdebebas no llega todavía el metro, los manifestantes vamos a disponer de un
tren de mercancías que unirá el intercambiador de Plaza de Castilla con el
futuro manifestódromo. Lo único malo es que nos pagan sólo el billete de ida.
Pero eso lo negocio yo y conseguimos ida y vuelta by the face.
Rubén Gañoso asegura que Valdebebas
será nuestra última morada. Por eso quiere que nos sintamos como en casa, y
nunca mejor dicho. A los líderes sindicales, nos ha ofrecido la posibilidad de
adquirir un ático, con una rebaja del 70%, sobre el precio original. Por lo
visto, después de quedarse él con los mejores, y de repartir el resto con la
gente del partido y los amiguetes, todavía queda una montonera de pisos sin
vender. El fascista de turno nos llamará corruptos, pero como afirma el
Gobierno, se trata de una operación de dinamización del suelo rústico,
absolutamente transparente, y dentro de la más estricta legalidad.
Además, me pone un coche
con chófer rumano nacionalizado, para que no ocupe plaza de extranjero. Ya
verás cuando vaya al pueblo en verano, que orgullosa la abuela: ¡Casa y coche,
como los futbolistas! Don Rubén es un buenazo. Si acepto el trato, se compromete
a dar trabajo a mis otros hijos, en el futuro Euro Vegas. A Jessica Vanessa le
hará un contrato en prácticas de bailarina liberal, y a Pedro José, le pagará
por horas como matón en un casino.
Como en otras coyunturas
de progreso, el sector crítico del sindicato se ha opuesto a nuestro ambicioso
proyecto. Inés Quirol, líder de los opositores, mantiene que nos están
engañando. Y lo dice alguien que militaba en las Juventudes del PP durante la
etapa universitaria. Estas pijas son todas iguales, están buenorras, pero no
tienen cerebro. Defiende que si nos vamos a trabajar al campo, no habrá cortes
de tráfico, ni algaradas callejeras. Por tanto, no saldremos en los medios de
comunicación, y en consecuencia, nuestra capacidad coercitiva sobre el político
opresor de turno, será inexistente.
Pues yo, Armando Pollos,
proclamo que la familia sindical está de enhorabuena. Lástima que existan personajes cortoplacistas como Inés Quirol, carentes
de altas miras, y de perspectiva política. El manifestódromo es un ambicioso
proyecto de ingeniería civil, que pondrá a Madrid a la cabeza de las grandes
capitales europeas como Río de Janeiro, y su famoso sambódromo. ¡Que así sea!” VanityFreakNews.
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