sábado, 26 de enero de 2013

El orgasmómetro llega a España.


El españolito medio, esa especie sufrida y esforzada que puebla lo que queda de la Península Ibérica, ve como de un tiempo a esta parte, su poder adquisitivo disminuye mes a mes. Lo peor de todo es la absoluta ausencia de indicios de que esta tendencia se pueda invertir en algún momento. A la subida del IRPF y del IVA, se ha sumado la reducción reiterada de los salarios tanto en el sector público, como en el privado.

 

Siempre queda el consuelo de ver que la clase política se solidariza con el pueblo. El ciudadano recibe con agrado los continuos gestos de coherencia que los políticos de todo signo y condición, anuncian cada día: Supresión de coches oficiales a la mínima expresión, afloramiento voluntario del dinero casualmente depositado en paraísos fiscales, renuncia sistemática a sueldos vitalicios y planes de pensiones blindados, permuta de las dietas de desplazamiento por dietas hipocalóricas,  abolición y devolución de los regalos, prebendas, mamandurrias, cohechos propios e impropios …

 

Un punto especialmente sensible para el vampirizado contribuyente es la racionalización de las subvenciones públicas. Y es que jode, y jode mucho, que te chupen hasta la última gota de sangre, y luego con el dinero de todos, se pague a una tal Amy Martin para que escriba un artículo sobre la actualidad del cine nigeriano, o para que realice un corto sobre su propio grupo musical. Algún ingenuo dirá que mejor esto que los estudios sufragados en su día por ZP y ahora por Mariano sobre “Adaptación psicosocial y reagrupación familiar de la dalia silvestre en la estepa siberiana”, o “Conflictos bioéticos de la reproducción asistida del cangrejo de río oriundo de la cuenca del Nilo”. Pues no, no es mejor. Es la misma mierda.
 
 
 
 

 

Una ciudad como Madrid no es ajena a esta situación. El centro de estudios estratégicos del ayuntamiento, dirigido por Carmentxu Pando, trabaja cada día para implementar un nuevo impuesto municipal, que venga a ahogar un poco más, las ya maltrechas economías familiares.

 

Descendiente directa por vía materna de Vlad Dracul, y conocida por su equipo como la “vampira de Entrevías”, Carmentxu anuncia con entusiasmo las nuevas iniciativas: “A las ya conocidas tasa de recogida de residuos urbanos, y tasa de estacionamiento regulado de vehículos, se añade una que penalizará aquellos orgasmos femeninos que sobrepasen los 80 decibelios (dB) en la hora de la siesta. Durante el resto del día y de la noche, la restricción se aplicará a partir de los 100 dB, 90 si es en verano, porque al dejar las ventanas abiertas por el calor, se oye todo, y la agresión acústica es mayor.

 

Cada unidad familiar dispondrá de un orgasmómetro de última degeneración. Un técnico municipal especialmente adiestrado para su misión, registrará cada mes la sonoridad amatoria acumulada. Si la señora de la casa tiene amante o en su defecto follamigo, debe consignarlo, porque será considerado como un elemento eximente parcial. Y es que científicos del Barrio Chino de Calatayud, han demostrado que la intensidad sonora del clímax, se eleva considerablemente cuando la pareja sexual no es el compañero habitual.

 

La primera falta se sancionará, colocando en la puerta de acceso a la vivienda de la infractora, una pegatina de grandes dimensiones con el texto: “Ay, guarrilla”, y un apercibimiento de sanción económica. La segunda falta, con una pegatina aún más grande que rece: “Puta, puta, mas que puta”, y una multa de 3000 euros. La tercera, irá a la raíz del problema: Extirpación quirúrgica de las cuerdas vocales, o en su defecto, el compromiso formal ante notario para  someterse a un tratamiento con Libidonoton finish complex forte, durante seis meses. En los ensayos clínicos realizados en burros extremeños, este fármaco ha demostrado disminuir el apetito sexual un 90%, con alta significación estadística. Y en los estudios preliminares llevados a cabo en otros animales, concretamente en toreros españoles, se han obtenido resultados esperanzadores (conste que esta vez y sin que sirva de precedente, no estaba pensando en Fran Rivera, o al menos, no en exclusiva).

 

De igual forma, se van a extremar las medidas para no cometer errores como los ocurridos en otras ciudades españolas. Así las cosas, en Soria ha sido multada una congregación de monjas clarisas. Durante el boom inmobiliario, la abadesa vendió unos terrenos anexos al actual convento. Hace dos años, un empresario construyó en ellos un macroprostíbulo. El edificio está situado sobre un pequeño altozano, por lo que cuando sopla viento de poniente, se produce eco. En esos momentos, el sonido ambiente de la casa de lenocinio llega con total nitidez hasta la residencia de las religiosas. Y mientras las monjitas llevan a cabo sus píos quehaceres cotidianos ajenas a todo, el orgasmómetro, que mide el sonido sin identificar su procedencia, se pone a registrar gemidos como un loco. Resultado: El aparato dictamina que la casa está habitada por auténticas máquinas sexuales, y la correspondiente sanción no se hace esperar.
 
 
 
 

 

Otro caso lamentable ha sido el de un grupo de amigas solteronas que se fueron a pasar un fin de semana a Onteniente. Aficionadas al porno duro desde que estaban en bachillerato, alquilaron el clásico del género “El fontanero, su mujer, y otras cosas de meter”. Querían hacer un video forum el viernes por la noche. El problema es que una de ellas está sorda como una tapia, y no soporta perderse los diálogos, porque dice que disminuye la carga dramática. En resumen, tuvieron que subir el volumen del reproductor al máximo para contentar a la cinéfila purista y a la sazón amiga, llegando en la secuencia final a sobrepasar los 150 dB a pelo, con el consiguiente multazo.”

 

Las asociaciones vecinales se han puesto en pie de guerra. Desde la plataforma “Ya nos gustaría a nosotras”, hablamos con su portavoz Maika Lentorra: “Como colectivo de frígidas crónicas, estamos serenas y tranquilas. Desgraciadamente, no tenemos ninguna posibilidad de ser penalizadas ni penelizadas. No obstante, vamos a elevar a la administración, una solicitud, para que nuestra condición sea reconocida, y nos den algún tipo de minusvalía. Ya que no nos funciona el tema ni bien ni mal, que al menos podamos desgravar en hacienda. Por otra parte, no estamos de acuerdo con la medida sancionadora, y nos solidarizamos con todas las compañeras que se enteran de algo cuando cohabitan con sus parejas, aunque vaya por delante que son todas unas perracas”.
 
 
 
 

 

Sin embargo, la nueva tasa se está haciendo muy popular entre los caballeros, como nos cuenta Kepa Jillero: “En Baracaldo y en toda Vizcaya estamos encantados. Nos dejamos el sueldo en multas, pero es un dinero que da gusto gastar.  Que se vea que somos todos muy machos, y le damos a nuestras pericas lo que necesitan. Entre nosotros está muy mal visto que una hembra sea silenciosa, pero no hay cuidado. Aquí grita hasta la del Patxi, que tiene afonía crónica”.

 

Como esto es España, no han tardado en salir a la luz, varios casos de corrupción y de picaresca. Desde el clásico sobrecito con el que “premiar” al técnico municipal encargado de la lectura del orgasmómetro, y que casualmente siempre se equivoca a la baja; pasando por liberar el aparato en un chino; hasta trucar los dispositivos en talleres clandestinos, para que midan solamente sonidos incluidos dentro de los límites legales.
 
 
 
 

 

Menos problemas para esquivar la ley tienen los ricos. Tal es el caso de Eloy Follo, conocido productor musical de grupos pop en los ochenta. Eloy vive en una mansión en La Moraleja, y en el sótano mandó construir un completo estudio de grabación perfectamente insonorizado para poder trabajar desde casa. Así que cuando su cuarta mujer y él se ponen juguetones, no tienen que más que bajar al sótano, y vivir su amor. Eloy le da salami previa ingestión masiva de Viagra, y su joven esposa puede fingir sin temor a ser castigada, mientras piensa en George Clooney.

 

Y es que por mucho que ahora seamos uropeos, no hay cosa que más nos guste en España que incumplir las leyes y no pagar las multas. Al fin y al cabo, aquí se acuñó y se hizo célebre la frase: “Quien hace la ley hace la trampa”. ¿Tenéis ya orgasmómetro?. VanityFreakNews.

 

 

domingo, 20 de enero de 2013

El índice de morosidad aumenta en un banco madrileño.

Lavapiés es uno de los barrios más populares de Madrid. Uno de los  escasos reductos donde se conserva el sabor de la ciudad que fué. Los patios de las vetustas corralas, los comercios de toda la vida, y ese crisol de razas y nacionalidades que deambulan por sus callejuelas, componen un paisaje urbano dificilmente extrapolable a otras áreas de la capital.




La crisis económica no ha pasado de largo por Lavapiés. Un día llegó, y desde entonces vive allí como un vecino más. El índice de morosidad de la sucursal bancaria de la plaza se ha disparado durante el último año, y hasta allí nos desplazamos para hablar directamente con los afectados.
Sale espontáneamente a nuestro encuentro Rafa Langista, veterano barrendero del Ayuntamiento de Madrid. Fascista, machista, xenófobo y socio del Rayo Vallecano. Existe la leyenda urbana de que Santiago Segura se inspiró en este personaje real, para crear al célebre Torrente. Segura habría cambiado el Rayo por el Atleti, y la profesión de barrendero por la de policía, debido al morbo que despierta siempre un uniforme, y a la erótica del poder que supone ir armado con una pistola. Rafa Langista, auténtico paradigma de deshecho social, nos da su versión de los acontecimientos: “De unos meses a esta parte, la morosidad ha aumentado de forma desproporcionada en mi plaza. Salen moros hasta de las alcantarillas. Pero cuidadito con los chinos que son una fuerza emergente. Últimamente, a la que uno se descuida, entornan los ojos, compran un local y te abren otra tienda. Este país ya no es lo que era. ¡Vuelva General, vuelva!
Yo empecé a trabajar en Lavapiés el 20 de Noviembre de 1975, día en que el Caudillo de España, y Generalísimo de todos los ejércitos, fue llamado definitivamente a su lado, por Dios nuestro señor. Desde entonces todo ha ido a peor. La degradación de la sociedad se ve por todas partes. Si hasta mi Rayo Vallecano, la reserva espiritual de Occidente, ha fichado a un negro, y le paga como a los demás.




Por mi cargo de funcionario, como técnico en manipulación de productos resultantes del catabolismo urbano, adecento diariamente la plaza y la mantengo en perfecto estado de revista. Toda, excepto el banco del centro. Hasta treinta morosmierda de esos que en las tertulias de la tele llaman ahora musulmanes, se me acumulan allí en hora punta. Como no tienen oficio ni beneficio, se sientan, y pasan las horas, sin más actividad que desnudar con la mirada a las mujeres que caminan por la zona. He marcado con tiza un perímetro de seguridad alrededor del banco de dos metros, y de ahí para dentro no limpio. Vamos, ni me acerco, no vaya a ser que me contagien algo, esos cabrones. No se mueven ni para hacer sus necesidades, oiga usted. Mire, mírelos ahí hacinados como bestias, sentados unos encima de otros todo el día. Cualquier día viene un inspector de Sanidad y me clausura la plaza por riesgo para la salud pública.
 A primera hora de la mañana llega el capataz de la obra de al lado, se acerca a ellos, y dice cuantos obreros necesita para ese día. Antes de que se levanten los elegidos, ya hay diez haciendo cola para cubrir las plazas libres. Pero los de la capa humana de abajo no se levantan nunca. Fíjese en el de la derecha, ese del pelo corto, Rashed, le dicen. Cogió el sitio la noche que España ganó el Mundial de fútbol. Se levantaron todos a celebrar el gol de Iniesta, y en el descuido, se lanzó sobre el banco, posó el culo y hasta ahora.
Y el de su derecha, Hazem. Está  hecho un pájaro de cuenta. Cuando el banco está a tope, y quiere desahogarlo, da una falsa alarma: “La passsma, la passsma”. Siempre hay algún jovencillo que pica. Pero peor, es ese, el de la cara de revirado. Si el tema se pone feo, Mohamed se descalza, y como le cantan los pies por bulerías, se acabó el overbukin. Salen todos corriendo despavoridos.
Yo como buen cristiano, de vez en cuando me apiado de estos pobres diablos. Lo que no se come el gato, me lo traigo en un tupper, y se lo dejo a precio de costo, de costo marroquí, naturalemente, que es el bueno. Ya ve usted que aunque Zapatero lo ha dejado todo fatal, y el de ahora es un minga fría, gracias a Dios, en la España nacional sigue habiendo caridad hasta con los seres inferiores.
No tengo nada especial contra los moros, mientras no manchen nuestra raza casándose con españolas. Pero verá usted, la ilusión de mi vida es que algún día, doña Carmen Polo, viuda del jefe del Estado, visite mi plaza. Le envié una invitación en 1987. No he recibido contestación, pero no me extraña, porque como ahora en correos sólo hay rojos y masones, funciona de pena. Cualquier día la Caudilla va a venir por sorpresa, y no quiero que vea este panorama. Sí, sí ya sé que usted me va a decir que la guardia personal de Franco estaba formada por moros. No es lo mismo. Aquellos estaban domesticados. Hasta creo que los lavaban cada dos días, y les daban ropa limpia cada seis. Mi compadre Paco dice que doña Carmen no va a venir porque lleva veinte años muerta. Otra mentira más del contubernio judeomasónico de Occidente. Ella es inmortal, como Marujita Díaz.


Preguntamos a Rafael sobre el resto de bancos de la plaza, temiendo de antemano la respuesta: “En los otros bancos no hay problemas, señorita. El de la derecha es el de las chinas. Menos Xiuxiu, son todas feas de cojones, pero no me manchan nada. Trabajan en los comercios de la zona. Llegan treinta minutos antes de que se abran las tiendas, hacen juntas una tabla de gimnasia muy rara, como si bailaran sin música y a cámara lenta. Y luego a currar: Disciplinadas, calladas, y siempre con una sonrisa en la boca, como las españolas de antes. ¡Qué nostalgia de aquella época, vuelva General, vuelva! A las chinitas les explico como tienen que sentarse en mi banco. Ellas creen que soy el gorrilla, y me dan un eurazo por aparcar sus amarillas posaderas. Me sacó otro sueldo, gracias a la inocencia de estas criaturas. El tema es que son tan feas que a veces no sé si se han sentado con la cara o con el culo. Menos mal que está Xiuxiu. Me tiene loco. Cualquier día le pido la mano a su padre, la convierto al nacionalcatolicismo, y pasamos por la vicaría.
Y luego está el banco de la izquierda, el de los subsaharianos, como dicen ahora. Huelen raro, como cuando vas al zoo y pasas por la jaula de los tigres. Pero no son mala gente. A veces los miro, y por un momento me parecen casi personas. Nos llevamos bien, hay respeto mutuo, porque todos me sacan tres cabezas. Estos también pagan. Les he puesto un culómetro: dos euros en zona verde si son residentes, y cinco en zona azul para los de fuera. Si alguno se pone gamba, le enseño la placa de barrendero del ayuntamiento y le digo que soy de la policía secreta. No falla nunca, todos acaban pasando por caja. Le llamo el banco caliente, porque antes de que se enfríe un sitio, ya ha venido otro cliente. Dos veces al día desalojo a los negros, y echo en el banco una botella de lejía pura. No vaya a ser que venga algún perro español olisqueando, y coja alguna enfermedad rara”.
Ante nuestros continuos gestos de reprobación, el interlocutor se revuelve: “Mi ley de vida es: Unidad, cuerpo, Dios, patria. Y por encima de todo, España para los españoles. Mire señorita, yo vivo al lado de la mezquita de la M30. ¿Sabe usted cómo se pone aquello durante el Ramadán? En eso sí son como nosotros, en cuanto algo es gratis, se forma una cola del copón. Es una vergüenza. Te pasas dos horas buscando donde aparcar, y no consigues plaza. La otra noche, casi sin gasolina, encontré un sitio en Fuenlabrada, y encima, como se había acabado el Metro, me tocó volver hasta casa andando. Mientras tanto, los moritos dejan el coche hasta en el arcén de la autopista. Y digo yo, dónde están esos policías de ahora, que no tienen sangre en las venas ni colgandera en la entrepierna, para poner multas. Si me dejaran a mi, acababa con la inmigración y con el paro en una tarde.




Bueno, pues me voy a ir despidiendo, que a las doce en punto, paro para el bocata y eso es sagrado. Es mi momento de meditación trascendente. Me quito el mono del ayuntamiento, para que se vea bien la camisa azul impoluta que llevo debajo, y me pongo en posición de firmes, mirando cara al sol hacia El Pardo. Guardo el aifon, pongo marchas militares en el aipod, y busco en el aipad videos del NODO. Me teletransporto a mi etapa de servicio a la patria en la División Acorazada Brunete, donde me forjé como hombre con disciplina de legionario. Me traslado a un pasado donde España era una, grande y libre. Aprieto en la mano mi más preciada reliquia, una uña del dedo gordo del pie del Caudillo. Y con el brazo en alto, miro al horizonte. Entonces y sólo entonces, grito con todas mis españolas fuerzas: ¡Franco, Franco, Franco!". VanityFreakNews.
Nota para el lector: Los personajes y situaciones de esta historia no son ficticios. Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia. En nuestros días, el espíritu de Torrente consume productos de Apple, pero sigue siendo el mismo de siempre. Está en tu familia, en tu trabajo, en tu vecindario. No es que haya vuelto, sino que nunca terminó de irse.
        

domingo, 13 de enero de 2013

Aprobada la Ley de libre erección de médico y enfermero.

Esta mañana, el pleno ordinario de la Asamblea de Madrid ha aprobado la Ley de libre erección de médico y de enfermero. La sesión ha transcurrido sin incidencias, y la flamante norma ha salido adelante con los votos favorables de todas las fuerza políticas.

El Excelentísimo señor don Jaime Lasopla, Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, no ha podido disimular su satisfacción a la salida del plenario: “Hoy es un día importante para los madrileños. Estamos ante un nuevo amanecer. Atrás quedan meses de conflictos, disensiones y desencuentros con los trabajadores sanitarios. Hemos legislado en respuesta a sus demandas, libremente expresadas en las negociaciones colaterales que no hemos mantenido, y en las reuniones conjuntas no celebradas durante este tiempo. Esta consejería trabaja por y para los profesionales de la salud. Esta ley supone la continuación natural de un camino que iniciamos cuando los ciudadanos de Madrid acudieron a las urnas, y renovaron su confianza en este proyecto.

Para nosotros la sanidad pública siempre ha sido como los Reyes Magos: Todos decimos que creemos en ella, pero sabemos positivamente que no existe. Sobre todo ahora, que la hemos fragmentado y repartido entre nuestro núcleo de influencia de amigos, amigotes, amigazos y amigachos.




Durante este período se han dicho muchas mentiras. Se nos culpó de vender la sanidad, y los hechos han demostrado que esa acusación era falsa de toda falsedad. Vender es dar algo a cambio de percibir un dinero. Nosotros lo que hemos hecho es ceder la explotación de un producto a un actor externo, previo pago de un canon. Es lo que llamo la teoría del restaurante: Yo tengo un negocio, y estoy cansado de trabajar en él. Así que lo alquilo a un tercero. Le traspaso un local nuevo perfectamente equipado y con la clientela hecha. Y le pago un canon anual por cada cliente potencial, con independencia de que el público vaya a comer allí o no. Para el alquilado es un negocio estupendo. Y para mí también porque me ahorro trabajo. Además, yo no me gasto un euro. El dinero lo pone mi padre, que es el verdadero dueño del restaurante.

Dijimos desde el principio que los centros sanitarios mantendrían la titularidad púbica, y así ha sido, porque se los hemos dado a quien nos ha salido de los cojones. Faltaría más. Eso es lo que nos pidieron nuestros votantes, y así lo hemos hecho. Estamos convencidos de que quien gobierna de espaldas a su electorado, acaba pagándolo más temprano que tarde.

Defendimos un modelo de digestión privada, similar al que lleva varios años funcionando en Cataluña, y lo hemos implantado. Las empresas adjudicatarias se lo guisan y se lo comen a imagen y semejanza de lo que ocurre en Barcelona, aunque allí la digestión es más pesada, porque toman butifarra hasta para desayunar. Por eso todos los años tienen que pedir al estado una partida económica suplementaria, para favorecer el tránsito intestinal.

Conste que yo a los médicos y a los enfermeros no les daba ni agua estancada, porque son unos vagos, y sobran la mitad. Pero mis mil quinientos cincuenta y nueve asesores me ablandaron y me hicieron ver que quizá habíamos sido demasiado severos con ellos. Les bajamos dos veces el sueldo, y no protestaron. Les subimos el IRPF, y no dijeron ni mu. Les aumentamos media hora diaria la jornada laboral, y no abrieron la boca. Suprimimos las peonadas, y nos inventamos la prolongación de jornada, que es igual que una peonada pero gratis. ¿Se plantaron? En absoluto. Continuaron trabajando sin rechistar. Les redujimos los días de libre disposición anuales a la mitad, y tampoco alzaron la voz. Profanamos las tumbas de sus muertos, raptamos a sus hijas y violamos a sus madres. ¿Ocurrió algo gordo? Nada. Sólo protestó un médico (prejubilado por patología psiquiátrica), que escribió una carta al Defensor del Pueblo. Mire usted, estos sanitarios son unos pringados, y no hay quien los entienda.




Cuando tenían motivos para reivindicar no lo hicieron, y ahora, por la tontería esta de la externalización, se echan en masa a la calle, y montan una huelga indefinida salvaje. Por los datos que obran en nuestro poder, ha tenido un seguimiento absolutamente minoritario. No obstante, tenemos la obligación de denunciar que ha colapsado el sistema, y ha mantenido a los pacientes como rehenes de una protesta injustificada. Ha originado la suspensión de treinta mil consultas y seis mil operaciones quirúrgicas. Esto lo tienen que saber los ciudadanos.

Gracias a la Ley de libre erección de médico y de enfermero, casos lamentables como el del doctor Patrañas no volverán a producirse. Todos recordarán que este prestigioso médico sufrió el año pasado un infarto en pleno acto de servicio. Tuvimos que edulcorar la historia, porque la realidad fue otra: El facultativo padeció un evento cardiovascular agudo mientras realizaba el acto en un servicio, de señoras para más señas. A partir de hoy, echar un pinchito durante las guardias, como acostumbra a hacer gran parte del colectivo médico, no constituirá motivo de sanción. Lo que hasta ahora se consideraba una indecencia, pasará a ser una incidencia.

El gatillazo si lo hubiere, será contemplado como enfermedad laboral. Teniendo en cuenta todo lo que hemos puteado a esta gente, es incomprensible que les queden fuerzas para ponerse palotes. Pero el vicio es el vicio, y al fin y al cabo, esta es una de las pocas cosas que todavía son gratis. Por poco tiempo, porque ya estamos trabajando en la forma de gravar impositivamente el vigor sexual de los facultativos y de los enfermeros.

Esta ley está radicada en el ideario liberal que este gobierno tiene en su ADN. Si dejar empalmarse a los trabajadores en horario laboral no es liberal, que baje el dios Príapo y lo vea. Pero que tampoco se llame nadie a engaño. Los sanitarios han demostrado que apechugan con todo, así que en 2013 el proctocolo de actuación sigue siendo el mismo: Les vamos a continuar dando por el culo como en 2012 más un 21% de IVA.

Tenemos el reto de mantener un sistema sanitario excedente, con quinientos millones de euros menos, que en los presupuestos autonómicos del año anterior. La sanidad no se vende, se regala. Va a seguir siendo púbica y anoversal, pero para mantenerla necesitamos hacer ajustes: Que el abuelo no oye, nada de sonotones, se eleva la voz y punto. En España siempre hemos hablado a gritos y nunca ha pasado nada. Que la abuela tiene cataratas, pues paciencia y conformidad. Una operación a sus años siempre es peligrosa. Y total, para lo que hay que ver.

Que un señor quiere hacerse la vasectomía: Castración física y muerto el perro se acabó la rabia. Hemos externalizado esta prestación, y todo madrileño que opte libremente por esta novedosa técnica microinvasiva (o macroinvasiva si el ciudadano en cuestión, es pollón), viajará a los EEUU para ponerse en manos de Lorena Bobbitt, autoridad mundial en la materia. Que la señora del señor castrado no se fía del resultado y quiere ligarse las trompas por si las moscas, ni cirugía ni leches. Paco Font Anero, el inmigrante ilegal que lleva el mantenimiento de la consejería, le sella con silicona la puerta de entrada, y la paciente puede vivir su sexualidad con tranquilidad de por vida.




Estos cambios son inevitables si queremos mantener la sanidad madrileña en la vanguardia del Tercer Mundo. La Ley de libre erección de médico y enfermero dinamizará las relaciones de estos profesionales con el resto de integrantes del equipo multidisciplinar, y aumentará los índices de satisfacción de los sanitarios.

Algún aguafiestas desinformado y maledicente, reo del discurso rancio y ultramontano de la izquierda radical, ha puesto trabas a esta ley. Dicen que teniendo en cuenta que actualmente el 75% de los médicos, y el 85% de los enfermeros, son de sexo femenino, la Ley de libre erección es sexista y va a beneficiar sólo a una minoría. No te jode, pues que las sanitarias se operen y se cambien de sexo. Si lo quieren gratis que se vayan a Málaga. En Andalucía, la Consejería de Sanidad incluye esta cirugía en su cartera de servicios. Y si las susodichas prefieren que la intervención sea en Madrid, pueden elegir entre cualquiera de los centros que Carnicerías Servando tiene repartidos por los principales mercados de la comunidad. Carniceros desde 1936 y exportadores de rabo de toro autóctono, son proveedores de la Casa Real, y patrocinadores de Madrid Olímpico 2052. Fieles a su lema, “En Carnicerías Servando, el cliente entra a pie y sale andando”, las sanitarias madrileñas recibirán un trato especial. El importe de la operación se deducirá íntegramente de la paga extra de Navidad que ya no cobran, porque también se la hemos quitado.

Y ahora me van a permitir acabar esta breve comparecencia, en la que no pienso aceptar preguntas, encomendándome a San Itario, y deseándoles a ustedes Feliz año. Digan conmigo: ¡Viva el Rey, y viva Esssspaña!” VanityFreakNews.

sábado, 5 de enero de 2013

Fusión empresarial entre los Reyes Magos y Santa Klaus.


         La Noche de Reyes es la tradición más querida por los españoles. Una ceremonia anual de sueños y de ilusiones, de magia y de amor, de nostalgia y de infancia reencontrada. Pequeños y mayores, ricos y pobres, se unen para celebrar la más entrañable de las fiestas.

La crisis económica, esa auténtica peste de nuestros días, ha terminado por afectar también a sus Majestades, los Magos de Oriente. El comité de empresa encargó una auditoría a la prestigiosa firma Carajal&Del Copón, y el resultado ha sido demoledor. La situación económica del emporio es de quiebra técnica. La deuda a medio plazo es impagable, porque el nivel de ingresos actual no cubre ni siquiera el pago de los intereses. La Dirección se ha visto obligada a aplicar un plan de choque que se resume en tres medidas:

1º Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que afectará a un tercio de la plantilla.

2º Mantenimiento de la titularidad pública con externalización de la red de distribución.

3º Fusión con Santa Klaus Entertainment, empresa líder en el mercado anglosajón.


         El Rey Melchor está ilocalizable, presuntamente pescando gambusinos en Cabo Verde. Por su parte, el Rey Gaspar ha declinado hacer declaraciones, remitiéndonos a su jefe de prensa. Santa Klaus es como esos futbolistas extranjeros fichados en el mercado de invierno, apunta maneras pero todavía no se aclara ni con el idioma. Nuestra gran esperanza blanca era el rey negro. Su Majestad, el Rey Baltasar ha aceptado amablemente hablar por teléfono con Vanity Freak News para explicar lo ocurrido: “Yo tenía muy claro que al final, este marrón se lo comía el negro. Aquí todo el mundo va de guay, y presume de ser políticamente correcto, pero a la hora de la verdad, el racismo sigue siendo moneda corriente. El color de mi piel ha sido determinante para que me echaran de la empresa. Llevo toda la vida trabajando como un negro para vivir como un blanco, y ahora me encuentro con esto. El siete de Enero estaré en la calle, joven para jubilarme, y mayor para reubicarme en el mercado laboral. Intentaré dar el salto al cine, pero en cuanto me vean moreno me van a encasillar en productos del tipo “El negro y su tranca juegan a la petanca”.


         Para colmo, estoy retenido en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Aluche. Como la cosa está muy malita, me saco unos eurillos haciendo bolos por las ciudades. Cobro en negro, naturalmente. Pues bien, este año me habían contratado para la Cabalgata de Carabanchel. Teniendo en cuenta mi condición, lo lógico es que la organización me recibiera con honores de jefe de estado. Pues ni un triste taxi, oiga.

Comí ligero, y me dispuse a ir a la cabalgata en mi coche particular. Llevaba el uniforme de rey en el maletero para no dar el cante. Me despisté en un cruce y me salté un semáforo con tan mala suerte que me topé con los municipales. Y lo peor de todo, me había dejado los papeles en el hotel, pasaporte diplomático incluido. Les dije a los policías quien era, y entonces pensaron que estaba borracho, con lo que tuve que pasar por la humillación de soplar el alcoholímetro. Di negativo porque soy abstemio desde que Belén Esteban reapareció en televisión después de la primera cirugía estética. Antes un vinito si me tomaba, pero me quedé tan impresionado al ver el nuevo rostro de la princesa del pueblo, que hice la promesa de no volver a beber, y lo ofrecí por el alma de ese cirujano plástico.

La policía no se anda con medias tintas. Un negro extranjero y sin documentación sólo tiene un destino en el Madrid actual: Ingreso en un centro de internamiento, y permanencia forzosa hasta que la autoridad judicial dictamine el regreso a su país de origen. Lo que más me molesta es el cachondeito con el que me dijeron eso de: “Tranquilo Majestad, que va a estar allí a cuerpo de rey”. Si fuera rencoroso, los niños de esos dos guardias se quedaban mañana sin regalos.


Aunque ahora mismo, los regalos no los tienen asegurados ni los hijos de Bill Gates. Le pongo en situación: Día cinco de Enero, ocho de la tarde. Quedan cuatro horas para que comience nuestro turno de trabajo en la Noche de Reyes. Mi colega Melchor Izadas está recorriendo mundo en compañía inadecuada, ajeno a sus obligaciones. Sigue viviendo de las rentas, desde que salvó a la empresa de ser privatizada, al poco tiempo de empezar su reinado. No sé por qué no abdica en su hijo de una vez por todas, y así se entrega al “Living la vida loca”, a tiempo completo. Resumen: Ni está ni se le espera.

Gaspar Quincompleto llegará a tiempo, pero tiene la mala costumbre de viajar en el día. Un año de estos, entre huelgas de Iberia, de METRO, y de autobuses, se queda en tierra. Por no hablar de lo huevón que es. Todos los años igual. No le gusta el papel de envolver de El Corte Inglés, y se empeña en empaquetar de nuevo uno a uno todos los regalos con papel de ositos panda. Como total, no llevamos equipaje esa noche, encima tenemos que llevar los jodidos rollos, que pesan más que un muerto obeso. Gaspar está mayor y no se quiere operar la hernia discal. Siempre me acaba dando pena, y termino cargando con los rollos. Encima de negro, pringado.


Y Santa Klaus Tedqueopina, menudo fichaje. En vez de potenciar la cantera, nos hemos traído a éste que venía con rol de estrella, y no vale ni para jugar en Segunda División. Tenemos un serio problema con el de la barba blanca. En España es habitual que las familias nos dejen en sus casas, un vinito y algo de turrón o mazapán, para que repongamos fuerzas durante la larga noche de trabajo. Klaus es peor que un cosaco alcohólico, y se bebe hasta el agua de los floreros. A medio turno está más cocido que un langostino en Nochebuena. Además, su ejército de elfos se ha contagiado de la situación social española. Ha sido llegar esta mañana a Madrid Barajas, y ponerse en huelga. Tenemos a tres cuartos de la plantilla en casa, y al cuarto restante de servicios mínimos. Para colmo, Rudolph se cayó persiguiendo a una rena rubia hace una semana, y le han tenido que poner una prótesis de cadera, con lo que no está operativo. Menos mal que Santa Klaus cambió de trineo con el Plan Renove, y se compró uno con motor, porque si no ya sé quien había terminado sustituyendo al reno.


Vaya, tengo la negra. Gaspar me acaba de decir por guasap, que se ha vuelto a quedar sin camello. El anterior murió por sobredosis, y el de ahora se ha ido esta tarde a visitar a un primo suyo que acaba de salir de la cárcel, y está en un atasco en la M30. Y tampoco tiene pajes. Tuvo que echarlos porque revendían el oro en el mercado negro, se fumaban el incienso y tiraban la mirra porque no sabían “qué mierda es esta”.

Menos mal que este año vamos a ganar mucho tiempo al no tener que visitar la casa de ningún político. Lamentablemente, no hemos recibido ninguna de las cartas que dicen que nos enviaron, y eso que iban certificadas. Tampoco parece que ellos les lleguen las nuestras así que, estamos en paz. Lo siento por sus hijos, que no tienen culpa de tener esos padres, pero … Por cierto, en las redes sociales circula el rumor de que en 2013, la ciudadanía escribirá sus cartas a los políticos en papel de lija de doble cero. A ver si son capaces de limpiarse el culo con ellas, como hacen todos los años.

Estamos en una situación límite. La Noche de Reyes peligra y sólo yo, Baltasar Tenazo puedo salvarla. Alguno dirá: Pues vaya mierda de mago, que no puede ni escaparse del centro de internamiento. Eso no es problema. La escuela de Reyes Magos no es como la de Harry Potter. Son mucho más chungos, y lo primero que te enseñan es a reventar una cerradura. El problema son los regalos estrella: El año pasado me recorrí toda España buscando las putas muñecas Monster High, que son más feas que Paz Padilla recién levantada. Se habían agotado hasta las copias pirata que venden los chinos de barrio. Tuve que volar in extremis al extremo del charco, y traerme una remesa.

En 2013 las Campanadas han hecho furor, y eso se ha notado en las preferencias del pueblo llano, y no digamos del esdrújulo. Los adolescentes quieren el iGartiburu 2, la última joya de Apple. Pero no les vale el básico. Tiene que ser el de pantalla Retina con vestido rojo largo, cámara iSight de 5 Mpx, Wi-Fi integrado, iCloud 5, procesador de cuatro núcleos y pechos naturales. Incluye de regalo el manual “Mis primeras pajillas”. Ochocientos euros más IVA. ¿Pero de verdad hay crisis?.

Y las niñas, ¡Ay las niñas! Cautivas del complejo de Electra, este año se decantan por el iManol. Como las mujeres son más prácticas e inteligentes desde chiquititas, lo único que piden es que sea más alto que el original, y que sepa decir “La Puerta del Sol está petada”, en todas las lenguas cooficiales. Siempre hay alguna pija que quiere que tenga tupé natural, homologado para resistir tsunamis y otros desastres naturales, pero afortunadamente son las menos.

Pues así se presenta la noche, amigos. La gente piensa que como el Benedicto XVI ha dicho que venimos de Cádiz, llegamos en el AVE. Ya veis que las cosas son un poquito más complicadas. Id a dormir pronto, vosotros que podeis. Tranquilos. El resto corre de mi cuenta, y nunca os he fallado”. VanityFreakNews.