Para
el banquete y posterior baile, se había habilitado una carpa en el propio
parking del Plaza Norte 2. Cascaba un sol de justicia, y dentro se había generado
un microclima tropical. Los macizos florales de los centro de mesa
empezaron a crecer descontroladamente, y en pocos minutos la carpa fue
declarada reserva mundial de la biosfera. Los asistentes varones, como en toda
“Boda con Estilo” que se precie, hacía tiempo que se habían quitado la chaqueta. Y los más adelantados ya se habían anudado la corbata en la frente a lo samurái,
en vez de esperar a hacerlo en el segundo plato, que es lo habitual en estos
casos.
Foto tomada de www.barcaforum.com
La empresa de catering Molotov sirvió el cóctel, creando esa
explosión de sabor que sólo tienen los productos de fabricación casera. Los
invitados fueron cayendo uno a uno presentando lesiones de distinta
consideración, mientras la agradable música de Extremoduro y Los Chikos del
Maíz, amenizaba la reunión.
A continuación, los supervivientes pudieron degustar un
suculento menú a cargo de Ikea, firma famosa por incluir bacterias fecales en
sus preparados alimenticios, y carne de cualquier animal conocido, excepto vaca
o cerdo.
Foto tomada de www.granconsumo.tv
El menú fue un éxito rotundo, como
había adelantado Gema a sus íntimos, semanas antes: “Se van a cagar lo que
vamos a poner. Será una boda de alto copete”. Nunca una premonición fue tan
acertada, porque efectivamente, gran parte de los comensales acabaron poco
tiempo después en las Urgencias del cercano Hospital Infanta Sofía, aquejados
de gastroenteritis aguda por intoxicación alimentaria.
No hubiéramos esperado menos, viendo la
composición del menú: Crema fría de truños silvestres con tropiezos del camino.
Después, Milhojas de ñitos del país sobre base de verdinas coliformes. A
continuación, Sorbete a la mierda. Y para finalizar, Tartar de ñáñaros al
cabrales con bostas de cabra reducidas al Pedro Ximénez. De postre, Tarta de
San Apapucio. Todo ello regado por vinos picados y agua reciclada.
Resultado: Intoxicación masiva, a pesar
de que como ocurre en toda boda que se precie, los platos quedaron
prácticamente llenos y la comida sin tocar. En España comemos, pero sobre todo
bebemos, y este enlace no iba a ser una excepción. En el entrante ya se había
llegado a la fase de exaltación de la amistad, y mediado el primer plato
aparecieron los cantos regionales. En el sorbete se empezaron a oir las
primeras discusiones acaloradas sobre fútbol e independentismo regionalista. Al
llegar al postre, aquello parecía el backstage
de los Rolling Stones antes de un concierto: Un puñado de viejos castigados por
la vida, totalmente chuzos e intentando entonar canciones con la voz rota.
Foto tomada de www.livemusicto.com
Hay quien encontró en el alcohol la causa de la tragedia que
sobrevino después, y hay quien piensa que el motivo fue la distribución de las
mesas. En cualquier boda este es un punto fuerte de conflicto, pero no hay que
exagerar.
Las mesas deben ser redondas, con una capacidad máxima para
doce comensales, según la Convención de Ginebra y el Protocolo de Helsinky. Desde
el número de Septiembre de 2010 de la revista Telva, la clásica mesa larga
corrida está prohibida por considerarse una paletada. Gema cogió papel y boli,
y empezó el espectáculo: “A tú hermana la ponemos en la mesa de detrás de la
columna, y así no la veo en toda la cena”, “Sara no puede estar en una mesa con
hombres, que es un putón y antes de que empiece el baile ya se los ha calzado a
todos”, “Tiene que haber una mesa con menú para alérgicos, y cinco con menú
para intolerantes, reservadas a tus familiares del pueblo que son una panda de
fachas”, “Ramón no puede compartir mesa con la mujer de Javi, porque se liaron
en la cena de empresa de las Navidades pasadas, y Javi con su mujer tampoco
porque él tiene un romance con la Champions League, que va a acabar con su matrimonio. Chechu
no puede estar ni con Ramón ni con Javi, porque ha pagado la cláusula de
rescisión, y ha fichado a la chica ucraniana que limpiaba en casa de ambos”.
Foto tomada de www.matrimonioeuntoccodiclasse.blogspot.com
Ya durante el banquete, un momento trascendental, fuente
inagotable de anécdotas y lugares comunes, es cuando los novios se acercan a
las mesas para ir saludando a los invitados. El consejo básico es no pararse en
cada mesa más de un minuto. Si no, corres el peligro de que un amiga de tu
madre te cuente la boda de su hijo en tiempo real, o que un primo lejano de tu
padre saque el móvil y te clave las trece mil fotos que tiene guardadas de sus
nietos, desde que eran cigotos hasta nuestros días.
Por no hablar del amigo palizas: “Que seáis muy felices. Ya
os contaré cuando volváis del viaje, pero… he suspendido la opo”. ¡Pedazo de
cabrón! ¿Cómo vas a dejar allí tirado a tu amigo, con un simple losientoyahablamos si te está diciendo
que ha suspendido la oposición después de cinco años preparándola? O ese señor
mayor al que no has visto en tu vida y no sabes quién coño le ha invitado, pero
que casualmente conoce que eres
médico, dónde trabajas y cuánto cobras: “Hoy no es el momento, pero a ver si
podemos hablar un día con más calma porque tengo la rodilla fatal”.
Lo mejor son las frases hechas, generalmente de amigos y
familiares de tus padres: “No sabes lo que te llevas”, “Tu madre no pierde una
hija, gana un hijo”, “Qué sigáis siendo tan felices siempre como hoy”, “Se ve
que sois el uno para el otro”, “Disfruta tu día, niña, que pasa muy rápido”, “Te
miro y estoy viendo a tu abuela. Estás igual”, “Lo importante ya lo tenéis”, o
la clásica entre los clásicos: “¿Y el niño para cuándo?”. Ésta señora es la
misma plasta que lleva persiguiéndote desde la adolescencia. Empezó con el: “¿Y
no tienes novio?”. Prosiguió años más tarde con: “¿Y cuándo os casáis?”. Hoy
viene a tu boda y te cuestiona sobre la descendencia, y cuando tengas retoños
te seguirá preguntando, por ellos, por sus novios, por sus bodas y por sus
hijos. Es una jodida máquina de preguntar, dedica a ello veinticuatro horas al
día, y no sabe hacer otra cosa. La odias, quieres matarla, pero no puedes,
aghhhhh.
Foto tomada de www.elhogar.de
Y hablando de cuestiones, más de un lector se preguntará
cuándo diablos se acaba este post río, que está durando más que una boda musulmana.
La semana que viene se podrá conocer el desenlace, si es que queda alguien al otro
lado de la pantalla del smartphone, tablet, portátil o PC. VanityFreakNews.
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