Lo
de Gema Nolillas y Juanma Carra fue un auténtico flechazo. Una tarde de
primavera, coincidieron en una competición de tiro con arco. Todo se
desarrollaba con normalidad hasta que una flecha lanzada por Gema hizo blanco en la
pierna de Juanma. La ambulancia los llevó con celeridad a las urgencias de un
hospital de titularidad pública con gestión externalizada, o sea, privatizado.
Allí, durante el tiempo en que tardó Juanma en ser atendido, les dio tiempo a
conocerse, leer la bibliografía completa de Dan Brown, enamorarse, dejarlo un
tiempo, y retomar la relación. Al salir del hospital la primavera siguiente, ya no se separaron.
Foto tomada de www.expansion.com
Años más tarde, una noche cualquiera,
el reloj biológico de Gema interrumpió el sueño de la pareja. Quería ser
mamá, y para ello necesitaba la inestimable colaboración de Juanma. Se
acogieron a la modalidad de embarazo express, así que a la mañana siguiente ya
estaban de diez semanas.
Como casi toda española que ha vivido
en pecado, a Gema le entraron las prisas por casarse en cuanto se quedó
embarazada. Juanma, haciendo honor a su condición de homo erectus hispanicus, no se inmutó. El tema le traía al pairo,
siempre y cuando la boda no coincidiera con un partido de su Real Madrid.
Foto tomada de www.vavel.com
Doña Concha y doña Pura, a la sazón
madres de los novios, se pusieron a disposición de los contrayentes: “No
seremos nosotras quienes os digamos cómo tenéis que hacer las cosas. Es vuestro
día. Eso sí, para las flores hemos pensado…” Concha y Pura fijaron la fecha del
enlace, y prepararon un dossier de cinco mil páginas con la información básica
para el evento: iglesias con escalinatas más vistosas para las fotos, curas de
homilías resumidas, agencias de modelos
para contratar invitados falsos, empresas de catering con productos de marcas
blancas, tiendas de flores robadas en otros eventos, etc.
Hicieron la lista previa de invitados:
“Para ahorraros tiempo, que vosotros estáis muy ocupados con el trabajo”. Entre
las dos sumaban ciento catorce mil ochocientas cincuenta y nueve asistentes: “Hemos
recortado todo lo que hemos podido, porque las dos queremos que sea una
celebración íntima, no como esas macrobodas que se ven por ahí”. La relación
personal con algunos miembros de la lista estaba en punto muerto: “¡Como es la
gente, de verdad! Se mueren y no son para anular su perfil del Facebook”. Menos
mal que con el resto el contacto era fluido: “Creía que mi amiga Maite Tuda
no había tenido hijos, y acaba de colgar una foto con sus nietos. Sí, sí, claro
que la tengo agregada en el Face, pero es que nunca entro”.
Foto tomada de www.catai.com
Gema contempló con estupor que sus invitados
ocupaban dos mesas (veinte personas en total), y el resto era gente traída por
sus padres: “Hija, si es necesario, te pagamos el menú de los que invitemos,
pero no podemos quedar mal con nuestros compromisos”. ¿Compromisos? Seguro que
Stellan Arvinius sigue siendo un excelente guía turístico, y que el viaje a los
Fiordos en 1982 fue inovidable, pero de ahí a que vengan él, sus cinco exesposas, y sus correspondientes
familias políticas, hay más distancia que de Madrid a Oslo. ¡Puto Facebook,
encuentras a todo el mundo, y si no, es el mundo quien te encuentra a ti!
“No te quejes, hija, que tú has
invitado a tus amigos, y a tus compañeros de la empresa y nadie te ha dicho
nada. Además, ya que te pones en ese plan, tengo que confesarte que he sido yo
la que ha convencido a tu padre para que no avise a los del trabajo. Teniendo
en cuenta que está en el paro, iban a ser seis millones de españoles y sus
familias. Y así me lo agradeces”.
Foto tomada de www.elproyectomatriz.wordpress.com
Gema Nolillas no pudo más. Fue a la clínica
veterinaria de la esquina y compró Animalstopforever® parches, un producto de
liberación retardada compuesto por cloroformo ultraconcentrado, que se emplea en los parques zoológicos para
calmar a las fieras. Así mantendrían en fuera de juego a su madre y su suegra
hasta el día después de la boda. Quizá el método era moral y éticamente
reprobable, pero la salud mental de Gema estaba amenazada seriamente, y el futuro
de la pareja pendía de un hilo.
Si queréis saber cómo terminó la historia, tendréis que esperar hasta la próxima semana. Gema está citada para la decimoquinta
prueba del traje, y ahora no tiene tiempo para nosotros. VanityFreakNews.
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